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perfección que, segtín u organismo, deben tener. 1\fn¡;,
para que varios seres
·e unan y ordenen entre
sí,
debe
haber un principio suhurdinante>, r¡ue,
á
::~emejanzr,
de
fuerza motriz, comunique impulso
<'t
los elementos aisla–
dos, que concurren á la
labor comün.
Dedtícese de· lo anterior, que uno de los dos po–
deres ha de estar su borclinado al otn, : no
liudien–
do la Iglesia e5tar sujeta al
Estado,
es claro que éste de–
be
t>star sujeto á aquella. Suponer que las dos
po–
testades son absolutamente iguales
ó
independientes,
es admitir el "maniqueísmo" en política; es decir, la
división y
lucha continua entre los dos poderes. "
La
e pada espiritual
y
la espada material,
dice Boui–
facio VUI, en la
célebre Bula " Unam :;anctam ",
están en la potestad de la Iglesia ; pero la segunda
debe emplearse pna la
Igle~ia
y
la primera por la
Iglesia. Esta se halla en ruano del
sacerdote, aque–
lla en
ma~os
de los Reyes y de Jos soklados.; pero
bajo la dirección y dependencia del sacerdote. Una
de las espadas debe estar subordinada
á
la otra;
y
la autoridad temporal debe someterse
al poder espi–
rituaL Todo poder, según el Apóstol, viene de Dios,
.V
Jos que existen, son ordenados por Dios; mas, no serían
ordenados, si una de las espadas no estuviese sometida
á la otra,
y
como
inferior, dirigida por la otra
á
la
ejecución de la voluntad
soberana. "
J esucristo no fundó sino un:t Iglesia,
á la que
deben pertenecer totilos :
"aunque somos muchos,
dice San Pablo, formamos ün solo cuerpo en Cristo.''(l)
Súbditos y gobernantes,
pueblos
y naciones
están
obligados á ser miembros de la Iglesia,
segün la
fra–
se del Profeta.: "Te daré en herencia las naciones."(2)
Por tanto, como argume
nta SHárez, donde
hay
un
solo cuerpo, conviene ;:¡ue
ha.yauna sola cabeza, con
la que, de algún modo, se
relacione todo cuanto per–
tenece al cuerpo : de otra
ruan
~r.ra,
no habría ni
la
(1)
Rom
12
1
5.
(2)
Ps.
2,
8.