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D e esta noble y santa li bertad voy á hablaros, seño–
res, para q ue juréis amarl a
y
defe nderl a, com o se ama y
se defiende la causa de D ios, hasta el sacrificio, hasta el
m a rtirio!
Libertad d e enseñar
y
ele legislar, de g obern ar
y
d e
juzgar: hé aquí, señ ores, el carácter esencial de la cons–
ti tución d e la Ig lesia
y
el sig no de vi ctoria con que esta
a ug usta R eina pasa por el mundo.
Así lo proclam an de consun o el Evangelio
y
la His–
toria.
Pero, a ntes de entrar en m a teria , pide la justicia -
y
me lo pide ta m b ié n el corazón -
q ue felicite ardiente·
mente á los generosos católicos, q ue han prom ovido es–
ta respetable Asam blea; á los ve nerables Pn·lados y dis–
tinguidos sacerdotes, que la ha n favorecido con su auto–
rizada palabra
y
decid ido a poyo;
á
las matronas cristia–
nas, qu e la
realzan con el esple ndor d e su presencia, á
los numerosos cooperad ores d e esta empresa ta n glori o–
sa para la . R elig i6 n;
y
sobre todo. a l ilustre R epresen–
ta nte de la S anta S ed e. qu e corona d ig namente su sa–
grada misión en el P erú con esta obra monumental, de–
bida, en gran pa rte, á su celo a postólico . R ecibid, pues,
Excmo. Señor (4) el homenaje público
y
solemne de un
puebh agradecido, qu e os admi ra, que os benclicF.
y
qu e
no olvidará nunca los benefi cios qu e le habéis dispensado.
L a potesta.d suprema,
in alienabl e é imprescriptible,
'que Dios ha conferido á la Ig lesia, en el orden espiritu al.
brilla, señores, en el E vangelio con fulgores d ivinos.
Asista mos con el espíritu
á
la g ra ndiosa escena en que
el Salvador del mundo d a cima a l maravi lloso edificio
que había fund ado sobre la fe
y
la autori dad d e P ed ro.
Cerca d e la monta ña santa a pareció Jesucristo á sus A pós–
toles, brillante
y
h ermoso, con la luz y la glori a de la R e–
surrección,
y
les d ijo:
''Todo poder me Ita sido dado en el
Ct'elo y en la Tierra. Como mi Padre me envió, así os en–
vío yo
á
vosotros. .Id p or todo
ei
mundo; predicad elEvan–
[;elio
á
toda cnatzwa. El que C1'e;'e1'e y f uere bauúzado se
(4) Monseñor Macchi, Delegado Apostólico.