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drá n el galardón
á
que les haya hecho acreedores sus
respectivos merecimientos.
Demos g racias
á
la Providencia Divina que, premian·
do el celo de la Comisión Organizadora, nos ha concedi–
do la inefable dicha de congregarnos bajo las bóvedas de
este sagrado tem plo pa ra instala rnos
solemnem r~ nte,
des–
pués de haber elevado hasta el Altísimo nuestras humil–
des preces, implorando nos asista con su g racia en nues–
tras deliberaciones
y
derrame sus
mi~e ricorclias
sobre
nuestra amada patria, que lo fué también de la Bienave n–
turada Rosa de Santa María.
Cumplamos. señores, un deber de extricta justicia\. tri–
butando un voto de reconoci miento
y
nuestros más sin–
ceros
y
cal urosos aplausos
á
los señores comisionados,
y
con especialidad
á
su digno Presidente el señor D. Car–
los
M.
Elías.
Y dando inequívoco testimonio de nuestra completa
adhesión á la Santa Sede Apo tólica, reprt>se ntada aqu í
dignamente por u Excmo. Delegado, impetremos, uni–
dos á nuestro \ enerable Metropolitano
y
dignísimos se–
ñores Obispos. la bendición del Supremo Jefe de la Igle–
sia Católica, el ilustr e
y
sabio P on tífice L eón XIII, cu–
yo patern al corazón se inundará de júbilo cuando sepa,
dentro de breves instantes, que en este día, cuya fecha
brillará en los anales de nuestra Religión, queda solem–
nemente instalado el primer Congreso Católico del P erú.