n!lL SANTISIMO SACHA.MENTO.
que su caridad no se apoca, ni su grandeza se gasta; lev<í.ntate,
y
come, que Le queda largo camiuo para andar, hasta llegar al mon–
te Dios. Dale este g11sto
1
y él te dad el eterno, que no estima en
nada cuanto te da, si á
sí
mismo no te se da. Si castigó Dios'seve–
ramente al pueblo de Israel, porque enfadado del Maná, deseaba la
carne, ajl)s,
y
cebollas de Egipto ; si se enojó con los que no qui–
sieron veuir
á
sus borlas, por no deja1· sus ocupaciones y gustos.
Si
Asuero repudió
á
su mujer, porque no quiso sentarse
á
su mesa;
si porque renunció Esaú el mayorazgo por unas lentejas, vivió siem–
pre lleno de trabajos; ¿cómo no te castigará Dios? (oh alma) ¿cómo
no se enojará contigo? ¿Cómo no te repudiará
y
quitará el Reino
de su gloria? ¿Cómo no te llenará
<le
trabajos si te da en rostro es–
te divino m:rnjar, si lo dejas por no dejar tus gustos, si lo i·ehusas
por antojo, si lo renuncias por no apartarte del pecado? No te im–
pida nada
á
llegar á este Santísiml) Sacramento, que es el Tülamo
donde Dios te regalará como esposo, L.átedra donde te enseñará co–
mo maestro, y trono de su Majest!!d , donde te honrará con su pre–
sencia. Llégate, pues, con deseo de purga1· tus culpas, de curar tus
llagas, de alcanzar mercedes de Dios, y de Jesucristo su Hijo que
es
para quien bien le recibe, to<las las cosas. Si deseas sanar de tus
males espiritual es , médico es ; si tienes mucha sed con el ardor
de
tus concupiscencias, fuente es; si Lemes la muerte, vida
es~;
si de–
i;eas ir al cielo, camino es; si huyes las tiui ehlas,
luz
es; y si tienes
ha111hre, mantenimiento es. Todo lo que deseas hall:m\s
en
este Wla–
ná
1lel cielo;
y
á todo te sabrá, enriqucciénclote con su grat;ia, y lle–
n:indotc de su encendida caridad.
CAPITULO V.
DE LA FilECUENCIA. QUE
S~
PUEDE TENEil EN LAS COJIUN!ONES.
Lo primero presupongo,
q11e
comulgar con firme
fo,
constante
esperanza,
prof1md¡1
humildad y perfecta mortificacioa
y
ardeuLísi–
ma caridad, es el acto
i.lemayor servicio de Dios , q11 e le podemos
hacer.
,