DEL SA.NTISIMO SA.CRA.MENTO•
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CAPITULO II.
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DE LA DlSPOSICION PARA RECIBIR EL SANTÍS.ll1IO SACRAMENTO.
Si
la
disposicion se considera respecto de Ja dignidad de Cristo
Sacramentado, no es posible llegar nadie
á
recibirle dignamente,
aunque tenga la caridad de los serafines,
y
Ja virtud de todos los
santos. Si se atiende
á
Ja que Dios nos pide, como
á
hombres Oa–
cos y miserables, basta no .tener conciencia de pecado rJ1ortal, ni
estar excomulgado, y procurar recibirle con devocion actual. Es
la
has de pedir á nuestro Señor con
humildad~
recouocieUtlo tu insu–
ficiencia, y suplicándole que él ponga en tu alma la disposicion que
él quiere hallar en ella , haciendo de tu parte lo que estas ohli- ·
gado.
.
Nabucodonosor mandó que se escogiesen niños limpios, puros
y hermosos parn darles de los manjares de su mesa ,
y
Dios quiere
que las almas que se han de llegar á Ja suya, sean limpias, puras
y
hermosas. La limpieza consiste en que no haya conciencia de pe–
cado mortal (como se ha dicho),
y
esta es necesaria
á
todos los que
comulgan, so pena de hacer un sacrilegio,
y
de que tras del voca–
do se le entre Satanás en el alma, como á Judas. Y no hasta lle–
garse
á
comulgar con dolor
y
contricion, si hay copia de confesor,
sino que es menester confesarse si ha hecho,
ó
si se acuerda de al–
gun pecado mo1:tal que
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haya confesado, mas si estü ya para co–
mulgar,
y
no se puede quitat· sin nota , basta que haga un acto <le
contricion,
y
comulgue con propósito de confesarle lo mas presto
que pudiere.
La pmeza consiste en ir no solo limpios de cnl pas graves, :sino
tambien 1le pecados veniales
y
ligeros; porque annque no impidl'n
clrl todo
el
frulo de l'Sle Sacramento, hacen que no sea tún co–
pioso, ni abundante de las gracias
y
provechos admirables que lue–
go diremos.
La hermosma consiste en llrg:irse un alma á comulgar con fo
viva , esperanza cierta ,
y
con un afecto euceudido,
y
grautle aus1a