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TRATADO
OCT~VO
el <lemonio huyen en entrando la: luz, la gracia, la vida y Jesucristo
tu Dios. ¿No sabes que el establo donde nació, se trocó en el cielo?
¿El J csicrlo donde ayunó en paraisó? ¿El sepulcro donde le pusie–
ron·' y el infierno á donde descendió en gloria? ¿De qué ·temes?
¿De qué tiemblas?¿ Qué te aflige? Si te has confesado bien·, llé–
gate sin recelo, que Dios te recibirá con amor de padre,
y
trocará
en ciclo tu alnia, en paraíso tu pecho, en gloria tu corazon. Dios
Padre te quiere dar su hijo, para hacerte Reina, ¿y tú no le reci–
hirás? El Je hizo siervo , para que tú fueses señora , ¿y no le acep–
tarás? ¿El quiso que comiese Cristo pan de cebada, para (que tú
comieses pan de ángeles'
y
se lo pidieses cada dia' ¿y tú no se lo
ped irás? ¿Si Dios no te amara, había de convidúte á su mesa? ¿Ha–
hia de darte la Carne y Sangre de su unigénito Hijo? ¿Llámate Dios_.
y
tú no haces caso de él? ¿Tú antepones el demonio al esposo de
t11 alma?¿ Estás en tí? No te mueva mas la criatura, que el Cria–
dor; no te aficione mas la vanidad, que la eternidad, ni la miseria
mas qiie la felicidad eterna. Mira que te busca Dios, que te ama,
que te espera, que te sufre, que te libra de infinitos peligros,
y
te
da bien por mal, porque quieras ser suya, porque des de mano
á
los peca.dos , porque ceses ya de ofenderle. ¿No es lás tima
y
tom–
pasion, que despidas la visita del Rey de los reyes, por no perder
las que son de tu gusto; que no recibas el mas precioso don, y mas
rica joya que hay en el cielo, por no carecer de las da<livillas ó es–
per:mzas inciertas del suelo? ¿Que no qui eras ser hufspeda
y
con–
\'Ídada de Dios, por hartarte de los groseros manjares de la carne?
¿Que c.l ej es de ser Templo vivo del Espíritu Santo, por no limpiar
tu corazon? ¿Que te apartes de se1· Tabernáculo de la Santísima
T rinidad, por no sacudir el polvo de tu vaniJaJ ? ¿Que rehuses de
ser sepulcro
y
relicario de la carne
y
Sangre viva de Jesucristo? ¿Qué
no te acomod es á ser paraíso del cielo , dond e está Dios cercado de
infinito número de ángeles , por no amarle, ni ajustarte con su vo–
l11ntad? Llégate, alma, no seas dcsagradeciJa, déjalo todo por el
101] 0 ,
y
hallarl o has toJo, gusta e.l e este pan que alegra el cielo
y
co :iserva
el
mundo; llégate, alma, llégate á este Scilor,
y
te dará su
lu z ; rec ibe
á
m ~~ nudo
este Sacramento,
y
te llenará de sus _dones,
..