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,

DR Ll I,BlOSNA.

265

1lrás testar? ¿Y qué sabes, si entonces quená Dios servirse ele tu

hacienda? Y quedarás burlado, y lo perderás todo: envia tu ha–

cienda delante,

á

donde siempre la goces, y · no la dejes

á

donde

siempre la llores.

1

O.

La décima que no sea de lo ageno, porque esa no es li–

mosna, sino

hurto~ ;

no es sacrificio, sino como sacrilegio; no es

misericordia, sino miseria, con que ofendes

á

Dios , que aborrece

el hurto, aunque sea para sacrifidrselo.

11.

La undécima que sea con humildad, pues

te hace harta

merced el pobre, que quiere llevarte al ciclo ele valde tu hacienda;

como te la hiciera el señor de un navío, que te trajera de Indias

á

España tu plata, sin flete: <lemas de que das una nonada, y reci–

bes el reino de los cielos, y

á

veces al mismo Dios en el suelo, y

muchos Lienes, como Abra han

(1 ),

que con profunda humildad, y

reverencia se echaba

á

los pies de los pobres

y

peregrinos, y hesán·

doselos, les suplicaba le hiciesen merced de recibir su limosna, re–

verenciando

Dios en sus pobres ; con lo cnal se hizo digno de que

el mismo Dios se le manifestase, y le hiciese muy rico y podero–

so (2). San Juan, patriarca de Alejandría, llamado por su mucha

caridad el limosnero, decia: que los pobres eran sus amigos y se–

fiores y les daba con mucha humildad y sumision cuanto tenia. A este

sanlo le dió cierto hornLrc una cama regalada, porque supo que

dormia en un jergon,

y

acostándose el santo en ella, no pudo dor–

mir en toda la noche, llorando y gimicn1lo, porque él tenia mejor

cama que sus sciiorcs; y en amaneciendo maudó qüe se vendiese,

y qu e el precio de ella se les diese de limosna: siípolo el rico, y

compróla, y volviósela

á

e11viar; sucedió esto tres

ó

cuatro veces,

hasta que el buen hombre vino al patriarca , y le llijo

~

V. S. no

se canse, que cuantas veces la ven1liern, la tengo Je comprar,

y

volvérsela

á

enviar; veamos quién se cansa primero : sonrióse el

santo, y díjole: yo doy inliuitas gracias á Dios, que se sirve de

que andemos los dos en esta santa porfía , para vos tan saludable,

para los pobres tan provechosa,

y

para mí de tanto gusto :

y

mn-

(i)

Gen. 18.

nún:.

3. el

rn.

et 3.-(2) I'1at cfr. in

1·j1i:;

vita .

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