~60
Tl\ATADO QUINTO
caballos
y
cazadores para ella: eí prudente
y
cristiano príncipe res–
pondió que sí,
y
llevándolos á un balcon, les mostró, desde allí en
una grande plaza , infinidad de pobres que sustentaba,
y
les dijo: ,
estos son mis perros y halcones, que me ayudan
á
cazar la hermo-
sa garza del cielo. Confúndete, pues,
t.leque nunca te falte para
cosas de vanidad, para tener caballos, hacer jaeces, tapices, do–
seles, bajillas, sedas, oros, vestidos, juegos, estrnendo, aparato,
y para el pobre sí, olvidado de que Dios se hizo póbre, porque tú
fueras rico: ya saheis, hermanos, dice san Pablo, cuál haya sido la
gracia y misericordia de Cristo para con nosotros, pues que siendo
rico se hizo pobre, para enriquecernos con su pobreza: pues si Dios
poi· ti se hizo pobre, ¿qué mucho que le des limosna en el pobre?
¿Si Dios se dejó vender por
tí,
qué mucho que tú vendas algo po1·
él? ¿Cómo no te avergüenzas de hace1· tampoco, po1· quien tanto
bien te ha hecho?
7.
ª
La sétima, que si eres eclesiástico, no eres dueño, sino admi–
nistrador de la hacienda que tienes: Dios te la ha entregado ,
y
le
has de dar cuenta de ella , y en qué la gastas: mas si es conforme
al órden , que te se ha dado que es para que ganes con ella el cielo,
para que redimas tus pecados, favoreciendo
á
los pobres eou tus li–
mosnas,
y
para que en todo mires por la honra
y
gloría de tu Se–
ñor,
y
dueño suyo; si no lo haces así, ¿con que cara parecerás
en su presencia? ¿Qué cuenta darás de las partidas que has gasta–
do en cosas no solo supéríluas, sino dañosas para tí, y que han
desagradado,
y
ofemlido mucho á tu Sel'íor, que tan bien acomo–
dado te tiene , para que le sirvas con su misma hacienda, de la cual
has tomado ocasion para ofenderle mas? No seas tú· malo para él,
porque él ha sido bueno para tí; no le vuelvas mal por bien, ni odio
por el amor con que te ha enriquecido: toma para ti cuanto hubie–
res menester, mas no les quites
á
los pobres lo que es suyo , que
se lo hurtas, y has de dar cuenta con pago muy ajustada
y
estre–
cha: mira
tú
lo que hicieras con un administrado1· tuyo, si gastara
tu hacienda en Jo que á él se le antojara sin guardar tu ór<len, y eso
mismo teme que hará Dios contigo, c1uitándote la administracion,
y
echándote de su casa en Ja cárcel del infierno.