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PRIMER
FUNDAMENTO
labores vistosas, valientes pinceles, esculturas perfectísimas , ador-
11os varios, jardines deleitosos y fuentes cristalinas. Para lisonja
y
snspension Jcl oido, festivo estruendo y acordada discordia de
acentos músicos , consonancias primas, <lulces voces y suaves ins–
trumentos. Muchos mistos de olor para
el
olfato exhalados en hu–
mo, los preciosos y varios aromas de Pancaya ('1)
y
de la region
Sabea. Bien sazonada variedad <le manjares para
el
gusto. Tantos
y tan hermosos
ohjc~tos
para el tacto ., que tenia dentro de su pala–
cio mil mugeres
(~),
las seteci entas reinas t:m escogidas, regaladas
y servidas, como si cada
11na
fuera la rr.ina principal de Israel, y
otras trescientas concubinas de las mas hermosas y gallardas mu–
g1•res que en sus reinos y en los cstrallos se hallahnn. Parecerále á
alguno encarecimiento lo que aq11l lec, pncs no lo es, sino verdad
cierta y •le
fe,
qne
In
Sagrada Escritura dice tocio esto, y algunas
cosas mas de la sabiduría, riqnezas
y
<lcleites tic Salomon (5), el
cual, habicn1lo sido en su moceLlad de li111lo natural, amabilísimo,
de vi<la inculpable
y
dotado •le todas las buenas partes qnc un rey
justo
y
santo pueLle desear. Y hahiéudole Dios elegitlo
é
ilustrado
su ente1111imiPnto cou ciencia iuíusa, son
tan poderosos los males
que el mun<lo tiene por bienes, que al fin le pervirtieron, de suer–
te que vino á olvidarse de Dios, de sí y de sus obligaciones, á ser
1lcsgraciado :1 los beneficios llivinos, inconstante en la Fe, tirano
con sus vasallos y el mas deshonesto y carnal de todos los hom–
l1res; y llegó
ú
tanto su ceguedaLl y torpeza que a1loró dioses falsos
y
lt's hizo templos,
y
nno muy suntuoso al iJolo lUoloch, y le ofre–
ció incienso y sacriGcios. Si bien volvió ei1 sí, y se desengañó para
descngaiiarnos
á
nosotros, y dijo, que todo cuanto había tenido y
gozado era vauidad
y
aíliccion de espíritu, y que nada permanece
sino el servir á Dios;
y
no fo Ita quien <liga que renunció el reino,
y que, vestido <le un saco, hizo áspera penitencia y secreta.
¡
Oh
si creyésemos
á
tan huen Lcsligo
y
nos drjásemos curar de Cirn–
jano tan hien acuchillado!
¡
Oh si Dios nos abriese los ojos para
ver cufo grau verdad nos dice Salomon , y cuán digno es de que
(t) 3.
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11.
n.
33.-(3) Sap. 8. n. 19.