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"'2Ü .,

TllATA.DO

CUAl\TO

dijo que na lo hiciesen , porque Dios

fo

habia mandado que le mal·

·diJese,

y

maltratase;

y

pues era así, que no era -justo deéirle

á

Dios·: ¿por qué hiciste eso? Y cuando Ja prision de. Cristo ,

y ·

el

t

v~Jor

de Pe·dro) le dijo su l\'Iaestro: ¿El cáliz que me dió mi Pa–

dre,. no. quie1:es que beba? Cáliz llamó Jesus

á

~u

sanÍísima Pasion,

á

las coces' salivas ., bofcta!]as' azotes' .espinas, . y la misma cmz;

y

que se lo. dió su ·Padre , el cual dijo muchos siglos .antes : yo le

hl'rí , yo. le azoté, yo le puse en la cruz, por medio de crueles mi–

nistros. Jonás (como dice· san Ambrosio) bailaba·, y saltaba de. pla–

cer en el vientre de la

·h~llena,

haciemlo fiesta

á

su

trabaj~ . ,

y tri–

hulacio1.1, porque se la enviaba Dios, habiéndole

~chado

' los mari–

neros

~n

el mar. Si no cae un pajarillo en el lazo, _si no se mueve

la

.hoja de un árbol sin la voluntad de Dios, ¿•cómo sin elÍa te se

ha

de hacer

á

tí agravioa?

(1)

Si todos tus. cabellos están contados

del-ante de su acatamiento, ¿cómo. ie· han de empecer?¿ Cómo

te

han de hacer mal? Mas no por eso has de deci1· absolutamente, que

Dios es autor de los males; porque una cosa es mal de culpa, ·

de que Dios es autor; otra es mal de pena, como la ·enferme-

.·dad, la deshonra, etc.,

y

todo lo que te aflige;

y

eso procede de

Ja

voluntad, providencia, y orde1rncion de Dios. Declárome: hácete

alguno una injuria : aquí hay dos cosas ·; el pecado ·de quien la ha·

ce, y la pena de quien la padece: el pecado es contra la voluntaa

de Dios, y le desagrada, si bien lo permite; la pena es coÍlforme

á

su vohuitad

~

y

la quiere para tu bien, y así la has de recibir co-

. mo de su

in

ano: voluntad fue de Dios , que Cristo .nuestro Señor

muriese, mas no que lo cruc.ificásen los judíos: crncificároule, fuéle

agradabilísima su Pasion,

y

execrable la atencion,

y

accion de

ellos: concluyo, pues-, que nadi e te puede hacer mal ni daño, sin

su di·vina ordenacion: aunque estés vendados los ojos esperando el

golpe del cuchillo como Isaac, y en la cestilla de

mimh1~es

como otrn

Moisés ·,_y entre leones como Daniel,

y

en un 'hornó como los tres

mozos .de Babilonia, pe1:seguido como David de Saul, cu un de–

sierto como Elías, huyendo Jezabel, cercado

~le

e.nem1gos como

(t)

1

\1.al

!IJ.

num.

tO.