llE LA SATlSFACCION OULlti "'.TOl\L\.
1
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se gloriase tic
ll'IC
clchc
á
su 1Uajcstad en muchas partidas gran su–
ma de cli111•ro, porque est:í preso, te11ic11do por bienes propios clcu–
clas agenas? P11Ps no te gloríes tú cle lo que clehcs
:í
Dios, pag:in–
clole tan mal, que te ejecutará en persoua,
y
hicues, te echar:í en
la c:írcd del i11fierno
(1 ).
No se gloríe
el
sabio en su sabiduría, ni
el
fuerte en su fortaleza, 11i
el
rico en sus rir¡nezas, sino glorícse en
reconocer
á
Dios, de quien le vieue tocio el bien qne tiene. No te
ensoberbezcas; que te dirá Dios lo que nl otro soberbio del Apoca–
lipsis
('2) :
qn(~
eres ciego, pobre
1
desuudo
y
miserable; ciego por–
que te l'al ta
el
11so perfecto lle la razo11 ,
y el
bueu gohicruo de la
voluntatl,
y
cntcudimicuto;
y
así
110
te conoces , 11i ves tn vanidad.
1
1
ohrc, porque 11acla trajiste
ti
este muudo,
y
11ada llevarás al otro,
pues tau falto cstús de virtudes. Desnudo pon111c dcmas cle lrnher
uaciclo desnudo del vic11tre cle tu madre,
y
haber de volver presto
al de la tierra con sola 1111a mor taja, est:is Llesuuclo cle liucuas obras.
l\'Iiserahlc, porcp.1e naciste de mujer licuo cfo mi se ria s ,
y
m11cl10
mas porque cometes graves culpas. ¿De qué te c11 sohcrhcccs , polvo,
y
ceniza? ¿De
'f
l.léte
eugril~S
vil gusano? Huye, huye
ele
la sobcr·
hia , porque sic11Jo pobre,
y
sobNbio uo
sea~
clc Dios al10rrcci1lo;
y
suplícale te cié juicio,
y
e11tc11di111ic11l.o,
qm.
110
has menester 111as
para humillarte, 1111 c•s si lo
til't1cs,
cute11Jcnís que lo lnH•110
c¡11c
ha–
ces, lo haces 1nal,
y
lo
111alo
q11c
no haces,
lo
hici1~ra s
peor que
otros, si no fuera por la gracia de Dios.
,.
El cuarto es co11si1lcrar, que Dios permite muchos pecados
P11
castigo Je soberbia, por<111c
el
ambicioso, sentado c11 la carroza de
su va11ic.lad,
e~; ll1~v ado
de
cual.rofuriosos caballos; rp1e son el hipo
de ser estimado,
el
deseo 1lc mamlar,
el
111euosprecio tic los dellla s,
y
la dcsobcdie11cia
:l
D:os,
y
:í
los hornlm•s : l;:s rncdas so11 jactau–
r,ia, ostcntacio11, protervia,
y
arroga ncia: el cochero es el derno–
uio, espíritu de soberbia , que le guia por los 111a s altos
y
soberbios
escollos de este rnu11tlo ,
y
así lo precipitan e11 los abismos de peca–
dos feísimos,
y
ahomiuahl es , e11 hcrcgias, cu il11sio11cs , e11 i11ütlc–
li1l:11l, siu saher que ha de caer hasta
PI
pnul o que cae. Uastéuos,
( l)
.l ere111.
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uú111.
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