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TRATADO TERCERO
.dad
~fo
la 1\iag<lalena
('1),
con un sermou se reformó :
la
increduli:..
tlad <le Tomás, con uha vista de Cristo se rindió. Mas la avaricia
tle Judas, ni con sermones, ni con regalos, ni con inspiraciones,
ni con descubrirle su traicion, ni con echarse el mismo Cristo
á
sus pies, ni darle el Sacramento, puJ.o acabar de sanar. Nota
esta
(2),
si estás tocado <le esta-enfermedad de Judas, porque pongas
remedio
_á
mal tan peligroso, que si el que andaba siempre al lado
<le Cristo oía su doctrina, veía sus milagros, y que nu tenía donde
reclinar su cabeza, y que le ordenaba , que no tuviese oro, ni pla–
ta, ni dos túnicas, no se quiso reprimir, ¿qué será de
tí?
mira
que este vicio te traerá Heno tle congojas, y aílíccíones, ya por
llegar hacienda, ya poi· conservarla, ya porque es lazo del demonio,
que te lo echará al cuello, y
te
traerá arrastrando por espinas y
abrojos, de escrúpulos, de pecados, de codicias, de pensamientos,
y trazas
ílí~ítas;
y al fin te ahorcarás como Judas en el aíre; frus–
trando
<le
los liienes del suelo , y del ciclo (
3).
Por eso no busques
hacienda íujustamcnte; no retengas la agena, contra la voluntaJ <le
su dueño; no desees teuer mucha , y si Dios te la
ha
dado, reparte
<le ella con .los pobres , y no defiendas co11 malos medíos la que
a<lquiriste con buenos, y así no te hará <laüo la avaricia ; mira. que
dice el Espíritu Santo, que no hay cosa peor que el avariento, por–
que tiene puesta su alma en almoneda , para el que diere mas por
ella. En todos parece mal (
4),
y en los eclesiásticos peor; sí tú lo
eres, acuérdate que es de los pobres .el pan que encierras, los vesti–
dos filie guardas, el dinero qne te sobra, y que tantas rapiñas
haces, cuantas limosnas les niegas: y San Bernardo dice, que todo
lo que reservas, y detienes de los bienes de la iglesia, quitando lo
necesario para tu comer y vestir, no es tuyo, sino de los pobres,
hurtado es , sacrilegio es ; porque hurto es usar de lo ageno , en lo
que no quiere su <luello, que es Cristo , y su Iglesia: cuanta renta
tienes eclesiástica, es de los pobres; y si no te compadeces de sus
clamores, y si
te
haces 5onlo
á
ellos, clamores son que doblan por
(i)
Luc. c:ip.
22.-(~)
Chris.
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Basil. hum.
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