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de Ja
Igle?ia; 5. ª Ja necP,sídad · de poner un
límite
á
los abusos que dominaban en ella; 4. ª
las pretensiones de Jos obispos que veian con
disgusto que el Papa se ingiriese en su jurisdic–
cion pastoral; 5. ª Ja oposicion del bajo clero
contra los frailes, que con las faéultades
y
pri–
vilegios que les habian concecido los Papas, le
arrebataban su antigua influencia en el pueblo
y
con el!a la·s ofrendas
y
limosnas ; 6. ªla opu–
lencia
y
vida mundana de los obispos
y
del alto
clero que escandalizaban
á
las personas timora–
tas ; 7
.ª
la tendencia de Ja naciente literatura
que en severas criticas censuraba 13 ignoran–
cia
y
hol gazaneria de los monjes
y
cl érigos,
y
Ja autoridad de la Iglesia ;
"8.
ª
sobre todo debe
considerarse como causa principal de la Reforma
la necesidad que se babia desarrollado en la
sociedad de pensar
y
juzgar libremente ; es de:..
cir, el deseo que sentía el hombre de emanci–
par su entendimiento del poder absoluto que le
dominaba en el órden espiritual.
Lute ro -
Existiendo las poderosas' causas
que habfan de producir la Reforma, solo era
necesario un liombre de algunos conocimientos
y
resolucion que aprovechase el primer pretexto
para hacer estallar el movimiento : este hombre
fué Martín Lutero, hijo de padres pobres, naci–
do en Ei sleben, en Sajonia. Pasó Lutero sus
prime.ros años en la miseria,
y
se encontrab:i de
cstudinnte en la Universidad de Erfut, cuando
vivamente impresionado por la muerte repenti–
na de un rimigo tomó el hábito de fraile agusti–
no. Su vida arreglada en el convento le atrajo