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condenada en un Concilio qui se reunió en Paris.
Beguardos
-
Estos herejes consideraban
todas las cosas como emanaciones inmediatas de
Dios: applicandose así mismos las palabras de
la Escritura,
yo
y
mi
padr·e
somos una misma
cosa,
decían que el que había llegado á tener
esta conviccion no perteneciaya al mundo mate–
rial, considerabana le spíritu enteramente sepa–
rado al espíritu absolutamente consideraban
separado de
la
materia, asegurando port esto
que los excesos del cuerpo no manchan·ban al
alma, y negaba!l la necessidad de los Sacramen–
tos. Tambien son conocidos estos herejes coa los
nombr~s
de Hermanos del libre espíritu, Turla–
pines
y
Fratricelos. A mediados del siglo XIII
fueron perseguidos por haber excitado
a
muchos
religiosos á abandonnar su regla y vivir libre–
mente.
·
Apostólicos
-
El fundador de esta secta
fué Gerardo Segarrelli, jóven fanático, natural
de Parma. Creyendose destinado para establecer
en la Iglezia la sencillez y pureza del tiempo· de
los Apóstoles, se presentó mendigando y predi–
cando
q1:1e
estaba próximo el reino de Dios.
Obstinado en su creencia fué condenado á
muerte;
y
le sucedió como gefe de la secta el
milanés Dulcino que principió su mision nun–
ciando que empezaba una nueva era para la
Iglesia,
y
que él y sus prosélitos serian los últi–
mos profetas que habían de venir antes del jucio
final. Posteriormente, habiendo atacado estos
herejes la gerarquía eclesiástica
y
la autoridad
del Papa se emprendió una cruzada contra -ellos
y fueron vencidos.