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clamó rey
y
escandaHzó
á
los pueblos co·n sus
crueldades y desenfrenada licencia. Un ejército
católico n"l'archo co ntra M'unster, que
fué
tomado
á
pesar de una obstinada defensa,
y
los anabap–
tistás pasados
á
cuchillo-. Des-de _ent-ónces se
esparcieron por todas
p-ar~es· :
en los Paises
Bajos
y
el Norte cle Alemanfa
sen
conocidos en
el
di•a con el nomE>te d·e Menonistas por haherlos
reunido uh Sacerdo't:e llamado Menon; en
fo.;;
gla-terra
y
Estados-UnhJos se ·Naman Baptistas;
pero tanto estds como l·os Menonistas·han aban–
do1nado los p·i'incipios in-morales de los antiguos
Anabaptistas
y
soJto conservan
Jla
supresion del
Saee-r-d
1
oeio, del Bautism<'> de IO's niños, del jura-
1~ento,
y se distinguen
por
la seneiHez
y
seve–
rid·ad de su discíplina, costumbres
y
vestidos.
Zü.mglianos -
·nos años antes que Lutero
proclamara
la
Reforma en &lemania la habia
predicado en Suiz-a Ulrico Zufr1glo cuyos sec–
t·arios füeron llamados
Zuinglianos.
Como Lu–
tero, Zuinglio se babia dedicado al estudio
des<fo
su juventud;
y
á
la édad de 22 años fué
nombrad·o cura de Glaris, ciudad que aban–
dO'nó para üedicarse
á
la predicacion en di'fe–
r~ht·és
pueblos. Convencido de la necessidad
de tina reforma religiosa
y
mo·ral
á
lá vez que
politica, atacó
111
venta de las indulgencias·,
e-I
bulto de las
im á:gene~, _
los vicios de los monjes;
la
i~nqrancia
de los Sacerdotes
y
la vida mmí–
dana de los prelad·os. Nombrado cura de Zurich
continuaha su obrá de reforma cuando lle·gó
á
·esta cia-dad Sanson., fraile franciscano, encargado
de la vcrita de las indul-gencias;
y
exaltado Zuin-