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glio por los abusos que se cometian, se lanzó
en la senda del error
y
atacó á la Iglesia Roma–
na. La reforma de Zuinglio cundió rápidament-e,
y
la Soiza se vio dividida en dos partidos reli–
giosos, el católico
y
el reformi-sta, que na ha–
biendo podido conciliarse en las d'os conferen–
cias de Zurich recurrieron á
las armas. En el
combate de Cape! fueron derrotados los refor–
mistas, muriendo Zuinglio en el campo de ba–
talla. La doctrina
d~
Zuinglio que en general es
análoga á la de Lutero puede redurcise á los
puntos siguientes. La Biblia interpretada libre–
mente es la }Ínica fuente de la doctrina
y
disci–
plina; la .autoridad eclesiástica reside ·en el co–
mun de los fieles que manifiestan su voluntad
por medio de sus representantes; la autoridad
del Papa y de los obispos no está fundada en la
Sagrad::i Escritura; la misa no es mas que un re–
cuerdo del sacrificio de Nuestro Señor Jesucris–
to; la confesion auricular es inútil; niega el Pur–
gatorio; ataca el celibato eclesiástico; suprime
las imágenes, cruces
y
altares y finahnente nie-.
ga la presencia real de Cristo en la hostia, con–
sagrada lo que le puso en oposicion con Lulero
que lo .declaró hereje.
Calvinistas
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Juan Ca'lvino, que dió su
nombre á esta secta, era natural de Noyon, en
Francia; dedicado en su juventud al estudio de
la jurisprudencia, lo abandonó mas tarde para
ocuparse de Teología; pero habiendose hecho
notar por sus opiniones heréticas, huyó de Pa–
ris, donde estaba establecido,
y
se refugió en
Ginebra, ciudad que principiaba á ser ·el foca