![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0049.jpg)
.....
SENOR NUESTRO.
35
rlficaba tanto
á
su Padre con los mas viles empleos
á
que
a ,
1
~caba ,
como lo h izo de pues en la Judea con sus pre–
di
·aciode
y su ma estupendo milagro
i
no te nia ne e–
s.i
ad
e
te Señor de un g ran teatro para hacer grandes co–
sa : su
accione
la
mds ordinarias
y
las ménos brillan–
te'i eran todas de un mérito infinito que sacaba de
su
pro–
pio fondo. El Evangeli sta solamente dice, que J esus en
todo
aqu~l
tiempo sta ba sujeto
á
José
y
María:
Et
erat
sub
ittus
illis
;
encerrando la generalidad de
sus
eminen–
tes virtude baxo
el
soJ.o nombre de sujecion
y
de obe–
diencia. Es constante que Jesucristo poseía todas las vir·
tudes
en
sumo grado de perfeccion,
y
que hacia los actos
de
todas éllas durante e ta vida escondida: todo lo pre–
tende decir el Historiador sagrado, diciendo que estaba
perfectamente sujeto:
Et
erat 'subditus illis.
i
Pero por qué
un
Hombre-Dios escoge una
vida
po–
bre,
vil
y
obscura, estando en su mano el vivir en
la
abundancia
y
en la magnificencia? No se puede responder
otra cosa.,
sino
porque es Hombre-Dios. Ninguna condi–
cion
con
venia mejor al Mesías:
un
Hombre-Dios
no
ne–
cesitaba de un mérito prestado, ni de una virtud .agena
para ser grande
y
glorioso: habiendo venido al mllndo
para espiritualizarle, el socorro de los sentidos., de los
bienes terrenos.,
y
de un resplandor todo material hubie–
ra
pe1judicado á
su
designio: su magestad divina no po–
día,
digámoslo así, darse á conocer,
ni
hacerse sentir mas
bien que viviendo en
un
estado plebeyo: nada de lo que
lisonjea la ambicion de un corazon carnal debia tener parte
en
el establecimiento 'de una religion del todo sobrena–
tural: en las humillaciones
es
propiamente donde su
vir–
tud
parece todavía divina;
y
se puede decir, que la obs·
cundad de la condicion que ha escogido, descubre
y
ha–
ce mas
visible,
por
decirlo
así, su divinidad
á
los hom–
bres.
C2