![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0048.jpg)
34
VIDA DE CRISTO
Verbo, hubiese podido hacer nuevos progresos ,
y·
crecer
en
gracia
y
en mérito delante de Dios , como lo hacia
á
los ojos de los hombres , acomodándose
á
su genio
y
capa-
cida
d.
·
~
Pasma el que no habiendo venido el Hijo
de
Dios al
mundo sino para glorificar á su Padre, trabajando en la
salvacion de los hombres, pasase la mayor parte de su vi–
da en la obscuridad.
i
No hubiera podido en todo aquel
tiempo correr el universo, instruir
á
los hombres con su
doctrina, edificarlos con sus exemplos, convencerlos con
sus milagros,
y
traer los por todos estos caminos al cono–
cimiento del verdadero
Dios~
i
El
taller de
un
artesano era
una habitacion digna del Salvador de los
hombres~
i
una
vida escondida
y
desconocida debia ser la vida del Me–
sías~
¿un retiro tan largo era conveniente
á
un Hombre–
Dios? Es menester que así fuese; pues e.l que era la
~abi
du ría por esencia , el que no hace nada que no sea con una
prudencia consumada , lo juzgó así.
·
i
Quien tenia mas en el corazon, quién deseaba promo–
ver mas la g1oria de su Padre que el Hijo de
'Dios~
i
quien
conocía mejor que él los medios que eran mas á propósi–
to pa ra
procurarla ~
i
Por ventura la salvacion de los hoqi–
b res no era el fin de su encarnacion
~
i
lgnoraba acaso que
la conversion del universo debia ser su obra? Luego era
preciso que una vida pobre, humilde Y·.obscura hasta la
edad de treinta años, glorificase mas,
y
fuese mas grata
á
Dios, que las mas estupendas maravillas : luego la obra
de nues tra salvacion ·pedia este silencio, este retiro,, esta
obscur idad de vida por todo aquel tiempo. ¡O,
y
cómo es–
ta verdad confunde visiblemente nuestra falsa prudencia!
i
Quien de nosotros no hubiera pensado lo contrari9? Sin
embargo, Dios piensa
y
obra de distinto modo; ¡pero
qué de misteiros
y
qué de -lecciones en esta vida escondi–
da de Jesus
!
El Padre Eterno quiere ser glorifi ca do con la
vida obscura de su hijo ;
y
el Hijo de Dios prefiere esta
obscuridad de vida á todas las maravillas de una vida
bri–
llante
á
1os ojos del mundo. ¡O,
y
cómo es to nos enseña
claramente que la perfeccion
y
el mérito no con ist en en
hacer ·ni en padece r gra des cosas por Dios, sino en no
quere r ni hacer sino lo qu e le place
á
Di os!
A la verdad, Jesucristo ¡en el taller de Nazaret glo-