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VIDA DE CRISTO
Jesucristo habia resudtádo cómo·Lázaro para vivir en acle·
lante sobre la tierra como babia vivido hasta su muerte,
y
que babia vuelto á tomar su cuerpo pasible
y
mortal como
antes. Su fe no estaba todavía enteramente purificada;
y
así
la dixo Jesus (
Joan~
20. ):
No pienses en tocarme, porque
no he
sµbi~o ~ún
á mi
Pa-~ré. ;
datle priesa, ve á decir d e
mi parte
á
mis discípulos,
á
quienes ahora doy el nom–
bre de hermanos, que dentro de a1gunos dias subiré al
cielo, donde está mi Padre., el cual tambienes Padre de
éllos.
i
Quién es capaz de explicar el gozo que tendria enton–
ces áquella fiel ·ama.nte? Parte· al instante
á
llevar la nueva
á
todos los discípulos;
y
habiéndose juntado en el camino
con sus compañeras,. que se volvian tristes
y
desconsoladas
á
Jerusalen, las dice que Jesus babia resucitado, que élla
le ha visto, y que tiene órden_de llevar esta nueva á todos
los discípulos. ·E s.raba contando todas estas cosas con "un
transporte de gozo,, que manifestaba bien que era verdqd
cu anto decia ,. cuapd'o he aquí que el Salvadolf se les apa–
reció
á
todas juntas. Peüetradas todas de gozo
y
de admi–
racion, se postran
á
su<;
pies~
y
le adoran. l\1andólas Jesus
que fuesen sin deteners€
á
d,ecir á los discípulos lo que ha–
bian visto,
y
d-esa pareció. Ellas corriéron
á
contar•
á;
·los
discípulos que estaban juntos, que habian visto á Jesus·re.
sucitado,
y
les dicen lo que Jesus las babia mandado. Como
siempre cuesta dificultad el creer lo que se desea con ánsia,
habiendo oido los discíp.ulós
lo
que las santas mugeres con–
taban, n<? las creyéron., sin0 que
las
tratár.onde visionár ias.
Se debe
·a~
vertiJ; que emr,; n·•agJiana de estas. apa:r:iciones
de
Jesucri sto resucitado
, 'ni
en las
siguientes~
se
habla pa–
labra de
la
santísima Virgen,
'SU
madre ; -pero no tiene du ..
·da que al instante que el 'Hijo de Dios resucitó se apa•
reció
á
·su querida Madre, la que perfectam·ente instruí .-,.
da é informada de cuanto babia de suceder, aguardaba
tranquilamente el dichoso momento en que su gozo debía
ser lleno. Fuélo, ea efecto, viendo la primera
á
su que–
rido Hijo resucitado, glo rioso, triunfante é impasible. No
tuvo órden
la
santísima Vírgen de publicar la primera es–
ta glor iosa resurreccion, porque hubiera podido parecer
sos pe hosa.
Y
si el evangelio nada dice de esto,
e~
porque
no
debia referir sino las apariciones hechas
á
los
que no