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DESPUES DE PENTECOSTES.

8r

el espíritu de sus

esclavos~

Por eso ninguna victoria de

los héroes es entera

y

completa. Despues que el general

de un exército lo ha subyugado todo , lo ha vencido to–

do , la mas noble parte del hombre , que es el alma, per–

manece rebelde,

y

está libre entre las cadenas ,

y

por lo

regular es enemiga del vencedor. Solo Jesucristo , solo

Dios ha podido subyugar todos los pueblos, someterlos

á su imperio; poner, por decirlo así, en servidumbre el

espíritu

y

el corazon,

y

hacer publicar y recibir en to–

das partes sus divinas leyes sin el socorro de la mu–

chedumbre

y

de las armas. Por mas severas que hayan

sido estas leyes ·, por mas incomprensibles que hayan

sido los dogmas de la religion , por mas opuesto al co–

r azon humano que haya sido el evangelio; todo se ha so–

metido á él: griegos y romanos, escitas y galos, pueblos

bárbaros, pueblos cultos

y

civilizados, todo ha baxado

la cabeza , todo se ha humillado , todo se ha sometido

voluntariamente al imperio de Jesucristo: el corazon

y

el espíritu han sido su gloriosa conquista. Esto sí que se

debe llamar victoria insigne , victoria completa, triunfo

milagroso: esto solo es lo que demuestra visiblemente la

divinidad del conquistador, la santidad todopoderosa de

la ley , la verdad incontrastable de nuestra religion , la

autoridad del evangelio de Jesucristo, y la suprema dig–

nidad de la Iglesia. El Profeta, que tenia ante los ojos del

espíritu esta maravilla, ino tenia motivo para exclamar :

Omnes gentes, plaudite manibus, jubilate Deo in voce exul–

tationis:

Pueblos de la tierra, aplaudid vuestra dichosa

suerte : saltad de gozo al acordaros de vuestra dicha ;

y

con vuestras acciones de gracias

y

vuestras aclamacio–

nes celebrad una tan admirable

victoria~

Esto es lo que

la Iglesia parece proponerse en el di5curso del año, des·

pertando de tiempo en tiempo nuestra fe con estos pa–

sages que forma de los libros santos, y acordando á los

fieles en el oficio de los domingos estos milagros · per–

manentes.

La epístola de este dia se tomó de la instruccion que san

Pablo da

á

los fieles de Roma para hacerles observar en la

vida nueva de la gracia una conducta diferente de la que

tenian cuando estaban eo la servidumbre del pecado. Des–

pues de haber hecho el santo Apóstol un resumen bre-

Tom.

V.

F