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DOMINGO SEXTO
sentido se llama la fe un don
y
una iluminacion del Es–
píritu santo;
y
tambien por la misma razon en la mayor
parte de los obispados , la luz que precede al niño que se
va á bautizar, está apagada cuando se va á la iglesia ,
y
encendida cuando se vuelve.
San Cárlos en su admirable instruccion sobre el bau–
tismo dice que el motivo por qué el sacerdote detiene
á
la puerta de la iglesia
á
los que se presentan para ser
bautizados, es, porque son indignos de entrar por razon
del pecado original, que los hace hijos del demonio, y es–
clavos suyos. El lugar santo no admite sino
á
los fieles,
la casa de Dios no está abierta sino
á
sus hijos. Se les da
un padrino
y
una madrina
á
los que han de ser bautiza–
dos, para que presenten á la Iglesia el que se ha de bauti–
zar, para que le pongan el nombre,
y
sean testigos del
bautismo, para que respondan en su nombre
á
la Iglesia,
digan los padres,
y
sean como sus fiadores de que cum–
plirá las promesas que hacen por él;
y
finalmente, para
que en defecto de sus padres cuiden de él,
y
le instru–
yan en los puntos necesarios de la religion,
y
velen so–
bre su conducta. Por este motivo los concilios ,
y
singu–
larmente el primero de Milan, ordenan que los padrinos
y
madrinas sean gente de bien
y
buenos católicos;
y
prohiben que el padre y madre del que se bautiza sean su
padrino ó madrina; no solo por razon de la alianza y pa–
rentesco espiritual que los padrinos y madrinas contraen
con la persona que tienen en la fuente bautismal , y con
su padre y madre ; sino tambien, porque siendo el bautis–
mo un nacimiento espiritual de la persona que es reen–
gendrada, quiere la Iglesia que ésta tenga, digámoslo así,
una madre espiritual,
y
un padre tambien espiricual ,
á
quienes el niño tenga respeto y obediencia. Pasma el que
teniendo los padrinos y las madrinas unas obligaciones tan
importantes, vivan el dia de hoy con tanto descuido, que
los mas las ignoren. ¡Qué cuenta no tendrán
qu~
dar
á
Dios de una tan irreligiosa negligencia! En Francia nom–
braban antiguamente dos padrinos
y
una madrina para
un niño,
y
dos madrinas para una uiña; pero el día de
hoy la cos tumbre universal de la Iglesia es que no haya
sino una madrina
y
un padrino. (En España lo regular
es
haber solamente un padrino, sin madrina para el niño ;
y