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· DESPUES DE
PENTECU:ST~:s.
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dote, oir si os place , nuestras súplicas, y tomad baxo
vuestra proteccion al que habeis escogido por uno de vues–
tros hijos: conservadle por la virtud de la cruz del Se–
ñor, cuya señal le hemos impreso, para que <:onforrne
vaya creciendo en edad, conservando siempre con mas
cuidado estas primeras prendas que le dais de vuestra
gloria, merezca llegar
á
la gloria de ' esta espiritual re–
generacion por la exacta observancia de vuestros manda–
mientos; por Jesucristo nuestro Señor:
Preces nostras,
qutesumus, Domine, clementer exaudi, et electum tuum c1·u–
cis Dominicte, cujus impressione eum signamus, virtute cus–
todi: ut magnitudine glorite tute' rudimenta servans
,
per
custodiam mandatorum tuorurn ad regenerationis gloriam
pervenire mereatur
;
pe-r Christum Dominurn nostrum.
Se dexa conocer facilmente que la señal de la cruz que
se hace en la frente del que se ha de bautizar, significa
que un cristiano, lejos de avergonzarse de la cruz de Je–
sucristo, debe gloriarse de élla , y poner su gloria en las
humillaciones
y
en las aflicciones, para asemejarse mas
á.
este divino modelo; avergonzarse de la cruz, es avergon.
zarse de ser cristiano. Hácese tambien la señal de la
cruz sobre el corazon para enseñarle que un cristiano de–
be amar la cruz , debe poner toda su confianza en Jesu–
cristo crucificado ,
y
que no basta llevar la cruz en la
frente: la cruz debe servir de freno á todas sus pasiones,
debe moderar taml;>ien sus placeres ; el amor de la cruz
debe ser el contraveneno del amor propio. Todas las otras
señales de la cruz que el sacerdote hace sobre el que se
ha de bautizar , significan que el bautismo tiene toda su
vírtud
y
toda su
fuerz~
de la cruz de Jesucristo,
y
de los
méritos de su pasion : s_e le pone el nombre de un santo,
el cual por lo mismo se hace su protector particular
para con Jesucristo , y al mismo tiempo debe ser su mo–
delo. Hácense sobre los que se han de bautizar muchos
exorcismos para expeler al demonio, baxo cuyo poder es–
tán por el pecado original, dice san Cipriano, san Agus–
tín y san Gregario Nazianzeno; y si se hacen los mismos
exorcismos sobre aquellos con quienes no se hace sino su–
plir las ceremonias de} bautismo, aunque no estén yaba–
xo del poder del demonio por estar ya bautizados , es
para impedir el que se les acerque
y
les haga algun daño;
Tom.
V..
E