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DOMINGO SEXTO
beis el que venga n á mí; porque á tales como éstos
per–
tenece el reyno de los cielos; y despHes de haber pues–
to las manos sobre éllos, se salió de aquel lugar. Habien–
do leido el sacerdote este pasage del evangelio, introduce
al catecúmeno
ó
niño en la Iglesia , diciendo:
N. iatra
in conspectum Domirti per manum sacerdotis, ut habeas
vitam ceternam. Amen.
Fulano
ó
fulana , entra en la ca–
sa del Señor , su ministro te lleva
á:
su
presencia
pa:...
ra que tengas la vida eterna. Despues se dice la oracion
dominical , llamada vulgarmente el
Padre, nuestro
, y
el símbolo de
la
fe , esto es , el
Credo~
que el
pa–
drino
y
la madrina dicen con
él
ea nombre del niño : el
símbolo , porque la .Iglesia no admite al bautismo sino á
los que hacen profesion de creer en Jesucristo,
y
vivir en
la
fe de la, Iglesia : la oracion dominical ó Padre nuestro,
porque la Iglesia quiere tener seguridad de que los que
re–
cibe en, el número de sus hijos, se servirán toda su vjda
de esta fórmula de oracion, que el mismo Jesucristo
nos
enseñó. Nótese que en diciendo el símbolo
ó
Credo, se
entra al catecúmeno en la Iglesia , para dar á entender,
que sola
1a
profesion de la verdadera fe puede merecernos
l_a
entrada en. la Iglesia, la gracia del bautismo,
y
final–
mente
la.
bienaventuranz-a eterna. Aquí el sacerdote,
to–
mand0 con el dedo pulgar un poco de saliva , toca con
élla las orejas del niño
y
las narices, diciendo esta palabra
siríaca
ó
caldáica,
de que se sirvió Jesucristo :
Ephphe–
ta, quod est adaperire awres et nares in odorem suavitatis:
Abrá.nse sus orejas para recibir la
do~trina
de Jesuc_risto,
y
sentir
su
buen olor. Pide la Iglesia , dice san Cárlos,
que el que va
á
ser bautizado. oiga la
voz
de Dios
y
sus
mandamientos, para que entrando por sas oidos la füvina
doctrina- que
el
Señor nos enseñó, pase á su corazon ,
y
sienta toda su suavidad:
Ut doctrina
quce
de ore Altissimi
fluxit: per ejus aures intret
,
et ei suaviter oleat.
Pide
la
Iglesia tambien, que sepa discernir el buen olor del malo;
es decir, la sana doctrina. de la que está corrompidu;
ún~
y
ótra entran por l0s oidos, y así impoi:ta tener este dis–
cernimiento:
Ad discer?Jendum bonum· odorem
a
malo, sa–
nam doctri.nam d corr-upta.
Para significar, pues, esta
du·
plicada gracia, se hace esta
santa
ceremonia sobre.
el ór–
gano
del oido
y
del
olfuto.