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· DOMINGO VEINTE Y TRES
li
ejus. Et et:ce mulier
,
quee
sanguinis flúxum
patiebatur
duodecim annis, accessit re–
tro
,
et tetigit fimbriam ves–
timenti eju.r. Dicebat enim
in–
trd se
!
Si
teJigero
tantum
'Ve.rtimentum ejus, salva ero..
At Jesu.r conversus, el vi–
dens eam
,
dixit
:
Confide, filia,
fides
tua te salvam fecit. Et
salva Jacta est mulier ex illa
hora. Et cum veniuet Je.rus
in domum principis, et vidis–
.set
tibicines
et
turbam tu–
multuantem
,
dicebat: Recedile;
non est enim mortua pueJla, .red
dormit. Et deridebant eum. Et
cum ejecta esset turba
'
intra–
q¡it,
et tenuit manum ejus. Et
surrexit puella. Et exiit fama
biec
in universam terram ittam.
aquí que una muger , que babia
doce
años que padecía fluxo de
sangre, se llegó por detras, y to·
có Ia orilla de su vestido; porque
decia entre sí: Solamente con que
llegue á tocar su vestido , sanaré.
Pero Jesus, volviéndose, y vién–
dola , la dixo : Confia , hija , tu
fe
te hizo salva; y desde aquel pun·
to quedó la muger sana. Y ha–
biendo üegado
J
esus
á
la casa del
magnate ,
y
viendo 1os músicos ,
y
la turba de gente alborotada , de·
cia: Apartáos ., porque la mucha–
cha no está muerta , sino dormida.
Y
le
hacian bucla. Y habiendo
echado de allí
á
la turba , entró,
y
la cogió por
la
mano ; y la mu–
chacha se levantó ;
y
la fama de
esto se divulgó por toda aquella
tierra.
·
MEDITACI ·ON.
De la importancia de la salvacion..
PUNTO PRIMERO.
Considera si tienes negocio mas importante , si le tienes
de taf!.1ta consecuencia,
ó
si puedes tener jamás negocio en
que te vaya tanto como en el de tu salvacion.
No se trata de perder
ó
ganar un pleyto de que de–
pende toda tu hacienda
y
tu caudal ; tampoco se trata
de ser dichoso 6 infeliz toda la vida, un negocio como es–
te sería muy interesante, es
verd~d;
sin embargo, no se–
ría de una consecuencia infinita. Ser desgraciado, padecer
hasta la muerte sería gran desdicha ; pero no sería desdi–
cha sin remedio. Cuando se habla de la salvacion , se
trata de una felicidad,
ú
de una infelicidad eterna; se trata
de poseer á Dios eternamente en la mansioa de los bien–
aventurados,
ú
de ser arrojado
á
los infiernos, condenado
á
las llamas eternas sin espernnza de salir de éllas. Ve aquí
de qué se trata cuando se habla del negocio de la salva-