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DESPUES

DE

PENTECOST ES.

2r

cer. Encuentra , dice aquí san Agustin , alguno que sea

mas poderoso que

tu

Dios ,

y

entonces estará bien funda –

do tu temor

y

tu desconfianza.

Dominus defensor vita! mea?,

a

quo trepidaba?

El Señor es el defensor de mi

V

ida ;

y

como dice el texto hebreo, el Señor es la fortaleza de mi

vida;

i

como podrán espantarme los mas grandes

riesgos~

Por mas que todos mis enemigos se liguen contra mí, por

mas que esté en medio de las olas , agitado de los mas

furiosos vientos,

y

amenazado

á

toda hora de un tris–

te naufragio, siendo el Señor el defensor

y

la fortale–

za de mi vida, nada puede, nada debe aterrarme. Agra–

viaria

á

la omnipotencia,

á

la sabiduría infinita,

y

á la in–

comprensible bondad de mi divino protector, si temiera;

mi temor sería una enorme desconfianza;

i

y

debo

yo

des–

confiar despues 9-e haber visto tantas veces frustrados por

esta omnipotente proteccion los mayores esfuerzos de mis

enemigos?

Qui tribulant me inimici mei:

i

Qué no han ma–

quinado los enemigos de mi salvacion para perderme

ó

á

lo menos para turbarme

y

aterrarme?

i

Cuántas veces con

un deseo infame de perderme, se han echado sobre mí

como otras tantas bestias faroces, prontas á

devorarme~

lpsi infirmati sunt, et ceciderunt

;

pero todos sus proyec–

tos les han salido vanos, todos sus esfuerzos han sido inú–

tiles

y

frívolas todas sus tentativas; han padecido la con–

fusion de ver frustrados sus malvados designios,

y

se han

visto precisados á reconocer su

flaque.za

. Todo aquel nubla–

do fecundo en granizo

y

en piedra se ha desvanecido

y

disipado al mismo punto que iba á caer sobre mí. ¡Qué di–

choso es el que pone en Dios toda su confianza! Aunque

viera todas las fuerzas

y

todas las potestades de la tierra

y

del infierno juntas delante <;le

mí~

y

ea accion de aco–

meterme, me mantendría intrépido

y

firme: sé que la pro·

teccion del Señor es un muro que no son capaces de su–

perar todas las potestades juntas:

Si consistat adversum

me castra, non timebit cormeum.

Tenia David una larga ex–

periencia de la protecdon de su Dios para que pudiera

jamas dudar de élla. Un Goliat, altivo por su monstruosa

y

agigantada mole, y fiero por la fuerza enorme de su brazo,

vencido , derribado, muerto por un jóven sin otras armas

que una honda : un exército terrible de filistéos hasta en–

tonces siempre vencedores de las tropas de Israel, batido,

Tom. V.

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