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DOMINGO
ONCE
ravillas del Salvador, y la pompa de su triunfo.
La epístola de la misa de este dia puede considerarse
como un compendio de las mas invencibles pruebas de
nuestra religion, y de las verdades fundamentales del cris–
tianismo. Como la verdad de la resurreccjon de Jesucris–
to es el fundamento sólido
y
la basa de nuestra fe, no se
debe extrañar que los apóstoles se aplicasen tanto
á
de–
mostrar esta importante verdad , que todo el infierno te–
nia tanto interes en hacerla sospehosa; pero cuya eviden–
cia no había podido obscurecer jamás todo el infierno:;
así no hay dogma mejor establecido, ni verdad mas fre–
cuente , ni mas útilmente repetida. Entre los cristianos
de Corinto babia ciertos espíritus corrompfdos que no te–
nían sentimientos muy ortodoxos tocante á la resurrec–
cion. Como este artículo era el fundamento , por decir–
lo así, de todo el cristianismo,
se
empeña san Pablo ea
establecer la verdad
de
él en este capítulo quince de su
carta con todo género de razones , probando
al
mismo
tiempo la resurreccion futura de los muertos, por
la
re–
surreccion de Jesucristo,
la
que confirma con muchos tes–
timonios.
Notum vobis facio evangelium, quod pra?dicavi vobis,
quod et accepistis, in quo et statis:
Voy á poneros delan–
te de los ojos uno de los puntos capitales, y de los mas
importantes del evangelio que os prediqué, que vosotros
recibísteis por una especial gracia de Jesucristo ,
y
en el
cual os manteneis con tanta fidelidad, sin embargo de los
artificios engañosos de los falsos doctores que os deslum–
bran con sus sofismas :
Per quod et salvamini
:
Bien sabeis
que no os sal varéis sino creyendo las verdades que
os
anuncié: fuera de esta fe no hay que esperar salvacion.
Q ua ratione prcedicaverirn vobis.
Pues
á
no er que
ha–
yais creido en vano, debeis acordaros de qué manera os
prediqué.
Non
in
persuasibilibus humance sapientice ver–
bis,
éomo dice eh otra parte ,
sed in ostensione spíritus
et virtutis:
Mis predicaciones no eran como aquellos dis •
cursos retóricos ,
y
llenos de artificio de la sabiduría hu–
mana; lo que respiraban,
y
lo que en éllos se mostr ba
visiblemente era el Espíritu santo
y
su virtud ; para que
ia-sal:>iduríá humana no pueda gloriarse de ser el funda–
niéhto dé vuestta fe,
deu1odola
esta
gloria á la
virtud
di~