Table of Contents Table of Contents
Previous Page  284 / 356 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 284 / 356 Next Page
Page Background

274

MIÉRCOLES CUARTO

dara del bautismo de Jesucristo , cuya sangre comunica

al agua la virtud de borrar el pecado de los que creen

en

él~

Tambien dice Dios por boca del mismo Pr ofeta,

que les dará un corazon nuevo,

y

un nuevo espíritu, qui–

tándGles•al mismo tiempo aquel corazon duro

y

terreno

de que estaban animados, y aquel espíritu gro ero y es–

peso que los hacia

indócile~ .

Pondré mi espírit1! en me–

dio de vosotros, el cual os ilustrará, os descubnrá el va–

cío

y

la nada de los bienes criados,

y

el falso resplan–

doir de todo lo que deslumbra los sentidos, de todo lo

qu~

agrada ;

y

el cual , haciéndoos conocer el precio de

los bienes espirituales , os dará el gusto de éllos, dándoos

la inteligencia de los mas altos misterios : la gracia que

derramaré en vosotros con mi espíritu , hará que guar–

deis mis mandamientos con .alegria , os haré caminar con

fervor por mis caminos : añade el Señor , vosotros seréis ·

mi pueblo,

y

yo seré vuestro Dios, que pondré en vo–

sotros mis mas tiernas complacencias :

Et eritis mihi in

populum

.,

et ego vobis in Deum.

A la verdad, despues que los judíos volvieyon de la

cautividad, dieron menos motivo. de queja

y

de repreen–

sion, sobre todo , por lo tocante á la idolatría

y

otros

desónlenes que los profetas les habian echado en cara tan–

tas veces antes de la cautividad; mas sin embargo, nos

consta que no llegáron jamás

á

aquel grado de perfec–

don que se les anuncia en este

y

otros pasages de la Es–

crit:ura : porque

i

qué desórdenes no habia •en aquel pue–

blo en tiempo de Nehemías

~

i

Y hasta qué punto no lle–

váron la idolatría los mismos pontífices , baxo el gobier–

no de los Macabeos, en medio de Jeru alen y

á

vista del

templo~

íQué impiedades, qué abominaciones baxo Ja–

son, usurpador del nombre

y

de la dignidad de sumo sa–

cerdote

i

Concluyamos, pues, que esta profecía no debía

cumplirse sino en la Iglesia : solo Jesucristo ha sido pro–

piamente quien ha obrado en sus neles las maravillo as

transformaciones que señala aquí la E scritura : este Se–

ñor es quien quita con su gracia el corazon de piedra

d

J

,

este corazon uro o terreno este corazon todo sensual

y

material que hacia el carácter de los judíos: él es quien

da el corazon de carne ; esto es, un corazon tierno dó–

cil, reconocido : él es, en fin, quien derrama un espíricu