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DE CUARESMA.
JACULATORIAS PARA ENTRE EL
DIA•
.Arnplius lava me ab iniquitate mea, et
a
peccato· meo mun–
da rne.
Salm. 50.
Borrad,
Señor~
mis maldades, y si fuese tan dichoso que
e té
ya
purificado, lavadme y limpiadme todavía mas.
Q 1wmodo possum hoc malum facere, et peccare in Dominum
'lG
.
meum.
enes. 3 •
l.
Será posible, Dios mio, que pase yo jamás
á
cometer
un can grande mal como el ofendero
~
PROPOSITOS.
Huye del pecado como de un dragon,
dice el Sábio,
por–
que si te acercas
á
él, te morderá.
De hoy en adelan–
te no tengas horror sino al pecado. Las enfermedades, la
pérdida de los bienes, las adversidades
y
todas las
<le–
mas molestias de la vida, merecen poco el nombre de
mal, pues todo esto puede ser
útil.
Nada desees, nada
emprendas sin
~ste
saludable temor. Haz muchas veces
al día,
á
lo menos todas las mañanas esta bella ora–
cion de la Iglesia:
Domine D eus omnipotens
,
qui ad prin–
cipium hujus diei nos pervenire fecist
i:
tua nos hodie sal–
va virtute, ut in hac die ad nullum declinemus peccatum,
sed semper ad tuam justitiam faciendam nostra procedant
eloquia, dirigantur cogitationes et opera: Fer Dominuni nos–
trum J esum Christurn.
Señor Dios omnipotente, sálva–
me hoy por tu gracia para que no cometa ningun peca–
do ., sino que todos mis pensamientos, palabras
y
obras
se dirijan
á
cumplir tus preceptos
y
tu
voluntad: Por nues–
tro Señor Jesucristo.
No basta tener horror al pecadó, es menester tam–
bien procu rar inspirar este horror á todos los que están
baxo nuestra conducta. La mayor parte de los hijos se –
r ía n tan santos como san Luis,_ si todos los padres
fue–
r an tan religioso como la reyna doña Blanca. No se pa–
saba día en que no dixera muchas veces al jóven
Rey:
Hijo mio, mucho te amo : sin. embargo, mas quis iera ver- ,
te muerto que saber que habias de cometer un solo pe–
cado mortal en toda tu vida. Aprovéchate de esta ins-