![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0025.jpg)
DE
CUARESMA.
15
po de los mas grandes azotes del cielo.
Oídnos, Señor,
di–
ce,
aplacad vuestro enojo: poned los ojos sobre nosotros,
y
obrad. No lo dilateis, Dios mio, por vu_estro llmor; por–
que esta ciudad
y
este pueblo son vuestros,
y
tienen la hon–
ra
y
la dicha de perte11eceros de un modo mas particular
que las demas naciones de
la
tierra. Haced que no lleven
en vano el nombre de pueblo vuestro. Apártese vuestra in–
dignacion, Dios de misericordia, de vuestra santa ciudad
de Jerusalen,
y
de vuestro monte santo.
Es verdad, Se–
ñor, y yo lo confieso, que Jerusalen y vuestro santo pue–
}?lo son el día de hoy el oprobio de las naciones que nos
rodean por razon de nuestros pecados y de las iniquida–
des de nuestros padres; pero me atrevo
á
decir, que va
vuestra honra y vuestra gloria en que los enemigos de vues–
tro santo nombre no tengan la maligna satisfaccion, ni se
gloríen de haber arruinado para siempre vuestro- santo
templo. Dignáos, Señor, inclinar vuestros oidos
á
nuestros
ruegos,
y
compadecéos de nuestras lágrimas, de nuestros
gemidos
y
de nuestros suspiros.
El evangelio pedía una oracion semejante en los ju–
díos endurecidos, para que Dios usase con éllos de miseri–
cordia. Eri él se nos refieren las terribles reconvenciones
que Jesucristo hizo
á
los judíos sobre su impenitencia,
y
la
espantosa amenaza que les hizo de abandonarlos
y
de–
xarlos morir en su pecado, si se obstinaban en no que–
rer reconocerle _despues de todas las señales que les habia
dado de su mision y de su divinidad.
Acababa el Salvador de representará los judíos el da–
ño que se hadan
á
sí mismos por su porfiada obstinacion
y
su endurecimiento en el pecado,
y
el terrible castigo
que iban
á
atraer sobre sí por su impenitencia. Ya van tres
años, les dice, que procuro convenceros de la verdad de
mi mision con mis milagros, repetidos tantas veces á
vuestra vista; los mismos años que me esfuerzo
á
move–
ros y excitaros con mis palabras, y á convertiros por me–
dio de mis inspiraciones,
y
de las piadosas solicitaciones
de mi gracia: y nada es capaz de ablandar la dureza de
vuestros corazones,
y
haceros dóciles
á
mi voz.
Ego va–
do:
yo me voy; estoy á punto de dexaros: el constante
abuso que habeis hecho de mi gracia, me obliga
á
aban–
donaros
á
vuestra triste suerte,
y
á no desplegar mas mis