![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0152.jpg)
142
MA:RTES TERCERO
con qué satisfacer
á
los acreedores del marido, .debian
veniréstosátomarle s,us hijos y hacerlos esclavos. Este era
un derecho que competía al acreedor entre los hebreos, como
tambien entre la mayor parte de los otros pueblos. Cuando
un padre no tenia
C0·'.1
qué pagar, podía el acreedor tomar–
le sus hijos
y
hacerlos esclavos, como parnce por Isaías ai
capítulo
50,
y por san Mateo al capítulo
18.,
Elíseo movi–
do á compasion, la preguntó qué era lo que tenia
~P
su
casa. Ella le respondió, que no le babia quedado otra cosa
que un poco de aceyte. Anda sin detenerte, le dixo el Pro .
feta, pide á tus vecinas las mas vasijas vacías que puedas,
y
encerrándote en tu casa con
t.ushijos, viene en éllas el
aceyte que tienes hasta que las va
ija~
se llenen,,
y
de este
modo tendrás con qué pagar tus deuda . La muger llena de
confianza hizo puntualmente todo lo que el Profeta le habia
dicho. Pidió prestadas las mas vasijas que pudo, y habién–
dose encerrado en su casa ·con sus dos hijos, sin dar par–
te á la vecindad, hizo que le traxeran todas la vasijas.
Sus hijos se las presentaban,
y
élla .echaba en
~llas
el acey–
te; el cual no dexó de multiplicarse sino despues que las
vasijas se hubieron llenado todas. Despues de esta manio–
bra se fué á buscar al profeta Elíseo para darle cuenta de
lo que había hecho, y contarle el prodigio. Anda á vender
el aceyte, le dixo el Profeta: paga
á
todos tus acreedores
con lo que saques de él, y con lo que que4are •mantenéos
tú
y
tus hijos.
No tengo sino un poco de aceyte para ungir–
me;
e to es para alimentarme. La expresiones un poco
fuerte
y
figurada; pero e ta suerte de alegorías son muy
comunes entre los orientales: entre estos pueblos la uncion
es una especie de alimento, y se ve que Moyses y Miqueas
amenazan
á
los judíos que no tendrán aceyte para
ungirse~
y se lo anuncian como una gran de dicha. Como la Iglesia
ha elegido la multiplicacion milagrosa que hizo Je ucristo
de lo cioco panes con que dió de comer
á
cinco mil per–
sonas para el evangelio del doming siguiente, ha juzga–
dG
á prop ' sito referir en e ta semana el milagro que hizo
Eliseo de la mulriplicaci o del acey re.
El evangelio de la mi a de este dia contiene una ins–
truccion mu
y
importante tocante
á
la correccion frater–
na,
y
al modo de hacerla
ú~ilmen te.
Habiendo vuelto Jesu–
cristo
á
Cafurnaum poco tiempo despues de su rransfigu-