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DE
CUARESMA~
cogerlo ante algunas personas prudentes que le ayuden
á·
ganarlo, y séan
~estigos
de que
na~a
ha
dex~do
de
h~-
' cer por su parte. Fmalmente, debe mteresar a .fa:
Igles~a
eri la reconciliacion y conversion que
d~sea.
¡Cuán olvi–
dadas estan el día de hoy estas sábias -y santas máximas
entre los cristianos! En verdad os digo, continúa el Sal–
vador, todo lo que ligáreis sobre la tierra, será ligado en
el ·cielo;
y
todo lo que desatáreis sobre la tierra, será
desatado en el cielo: Jesucristo es quien lo dice:
i
Ha–
brá quien se atreva
á
burlarse,
á
fisgarse de este oráculo?
¡Qué estado mas terrible que el de un cristiano, que por
su indocilidad da motivo
á
los pastores de
la
Iglesia par·a
que lo liguen
i
Sobre todo, si fuese tan ciego que no cono–
ciese ·su·mal, y se lisonjease que ,el cielo, contra la pala–
bra expresa de Jesucristo, no había de ratificar el juicio
de los pastores legítimos: ¡qué delirio, qué desdicha, ·fis–
garse de las censuras tan formidables de los obispos
y
del
vica,rio mismo de Jesucristo!
¡~uestras
pasiones, nuestras
fdvolas preocupaciones,
nu~stras
opiniones
y
nuestras in–
sensatas ideas prevalecerán sobre los divinos oráculos en
el formidable tribunal del supremo Juez! ¡Ah,
y
qué dis–
tintamente ·se pensará sobre este punto
á
la horade la muer–
te de
10
que se piensa durante la vida! ¡Qué cosa mas tris–
te, qué cosa 111as espantosa, cuando los encantos desapare–
cen, que eehár de ver que se ha vivido
y
que se muere en
eleri-or'! Amo tanto el espíritu de paz
y
de caridad, añade
el Hijo de Dios, que en cualquiera parte que vea dos
ó
tres
persona;S unidas
y
congregadas en mi nombre, no dexo de
encontrarme enmedio de éllas para instruirlas, para con–
solarlas
y
para oir sus súplicas. Había escuchado san Pe–
dro todo "este razonamiento del Salvador con la atencion
y
fervor que acostumbraba;
y
como quería guardar exac–
tamente los préceptos de su Maestro, sobre todo , ·el del
perdon de las ·injurias, que le parecía el mas dificil, inte–
rrumpió al Salvador para preguntarle cuántas veces estaría
obligado
á
perdenar á su hermano cuando hubiese recibido
de él alguna ofensa". ¿,No será bastante, dixo, perdonarle
siete veces; esto es, muchas
veces~
Pues esto es lo que sig–
nifica ordinariamente la expresion
siete veces
en la Es–
critura. San Lucas nos dice lo que <lió ocasion
á
esta pre–
gunta de san Pedro. Habia dicho Jesucristo:
S i
tu
herina-
Tom.
Il.
K