Table of Contents Table of Contents
Previous Page  158 / 356 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 158 / 356 Next Page
Page Background

MARTES TERCERO

deberes d"e la vidá civil. Todo es leccion, todo instruccion;

todo exemplo en las personas verdaderamente santas: nada

h a

y

en éllos, aun entrando sus defectos na.rurales, y sus

imperfecciones involuntarias, de que no nos enseñan

á

sa–

car algun provecho. Dios dexa algunas veces en sus mas

grandes siervos ciertas imperfecciones, que sirven- para te–

nerlos sin cesar en la humillacion, y que haciéndoles exer–

citar graneles virtudes, les son ocasion de muchos mere–

cimientos;

y

por poco que se les mire de cerca, por poco

que se les observe, se descubren al traves de estas débiles

sombras grandes actos de virtudes, que tienen todas su

brillo particular.

.

La

conver~aéion

de las verdaderas gentes de bien, no

solamente es edificante, sino tambien agradable: la virtud

t iene sus atr?ctivos: es dulce, honesta, cortes; y los de–

fectos de que la acusan, la son extraños. _Ignora toda especie

de doblez: aborrece todo disimulo; nada es capaz de hacer–

la desmenti r de su exacta probidad. Acusarla de

o~stina­

damente aferrada á su propio dictámen, de esclava de su

propia voluntad, de atender únicamente á sus intereses

y

á

sus pequeñas comodidades, de ser ambiciosa y soberbia, de

querer distinguirse y afectar los primeros puestos, es una

calumnia. Estos defectos tan groseros pueden encontrar–

se en las personas que se lisonjean de que son virtuosas; pe–

ro la virtud está exenta de éllos: la impolítica no entró ja–

más en el verdadero retrato de la devocion. El mismo es–

píritu que lleva todos los siervos de Dios á cumplir

~Qn

tan–

ta puntualidad con las menores obligaciones de la ;reli.gion,

Jes enseña al mismo tiempo, y les advierte todas las obli–

gaciones de la buena crianza. El que está lleno del espí–

r itu de Dios, el que tiene una virtud eminente; aunque sea

de un nacimiento o,bscuro

y

vil, aunque no haya tenido

educacion, es humilde, docil, hombre de· bien, servicial,

afable

y

político, al paso que las personas de una calidad

distinguida, de una educacion exquisita se hacen coléri–

cas, molestas, duras, descorteses desde el punto que se

hacen viciosas

y

de costumbres disolutas. El espíritu se

entorpece

y

se abruta con las costumbres,

y

la corrupcion

del corazon corrompe las mas bellas modales. Pero si el tra–

to con los grandes

siervos

de Dioses tan ventajoso ·por lo que

mira

á

los bienes de la vida civil, lo es todavía mucho mas por