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·DE
·~u
A1tESMA.;
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bien una bella preparadon para la muer.te:.
~ada
sema–
na debe haber el suyo,
y
no pases día al.gun0 sin hacer
. algun piadoso exercicio, que sea una preparacion mas
particular para morir · bien. Ten algun librn que enseñe
á
· disponerse
á
morir bien. Hallarás· muchas cosas buenas,
tocante
á
esto , al fin del tomo segundo del vetiro de
un
día para cada mes.
'•
.
·v
1
R,
R·N E S ·
CUARTO
1
•
DE CUARESMA.
Así en este día, como en el antecedente, quiere Ja Igle–
sia pintarnos una imágen de la vida nueva , ó resurrec–
cion de nuestra alma, muerta por el pecado,
y
resuci–
tada por la g racia de Jesucristo. Sin duda con esre fin
ha
elegido para la epístola de la misa la historia de la re–
surreccion corporal del hijo de la viuda . de Sarepta,
y
para, el evangelio la historia ·.de la resnrreccion de Láza-·
ro.
El
introito de
la
misa tiene alguna relacion y con–
formidad con ambos asuntos: se sacó del salmo
i8.
Me–
,ditatio cordis mei
in
conspectu tuo semper: Domine,
ad–
jutor meus et redemptor meus.
Señor, mi cora
zon medi–
~
ta sin cesar vuestra ley en vuestra _
..presencia:
v.osseré¡s
i.siempre_IiJli ayu}ia
y
mi apoyo, a,sí como sojs
mi . R~den.tor:
Cadi enftrrant gloriam D ei, et . opera -mam¡um ejus
an-
11untiat firrnamentum.
Los cielos publican la gloria de Dios,
y
exponiendo á nuestros
ajos
las maravillas que contie–
nen, nos enseñan quién es el que los ' ha formado. La ex–
p.resion del Profeta es.
s in gu l ~ir;
pero no es menos._ins–
tructiva , porque no es el corazon quien reftexíorla-y me ·
di~a ~
sino el espí:itu; in embargo, el Profeta dice, que
su eorazon medita l a
ley
d~
Dios, para darno á enten–
der que su meditacion no es ptiramente especulativa, si–
no tambien práctica;1sin lo cual naqa mas inutil, ni mas
esteril que la mediracion.
S~
debe meditar la ley de Dio_s
para amarla, para observarla con puntualidad, des pues
de haber reconocido en la medilacion su santidad , su