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VIERNES TERCERO

chas veces en su casa.' Luego que se advirtió ser de ries–

go la enfermedad, las dos hermanas enviaron un propio

á

Jesils con estas dos palabras: Señor, mira que el que

amas está enfermo:

E cce quem amas infirmatur.

Ninguna

cosa mas sencilla ni mas modes ta que esta oracion. Dios

no pide ni sutilezas , ni elocuencia, ni cumplimientos: una

bumildeexposicion de rmestras necesidades, un sentimien–

to de amor vivo

y

ardiente, una entera confianza bastan

para su Magestad. Fue como si dixeran, dice san Agus–

tin, basta, Señor, que vos sepais que nuestro hermaryo

está enfermo, porque amándolo como lo amais, no lo

abandonaréis:

Sufficit ut noveris, non enim amas, et de–

seris.

El Salvador se hallaba entonces en Betania, al otro

lado del Jordan, cerca de tres jornadas de

B~tania.

Ha–

biendo leido la carta, les respondió: Que aquella enfer–

medad no se les llevaría á su .hermano,

y

que serviría

para gloria de Dios; pues daria ocasion al Mesías para

probar su divinidad con un estupendo milagro. Añade el

Evangelista, que Marta, María

y

Lázaro, su hermano, eran

amados de Jesus. Este sagrado historiador nunca dexa de

señalar en particular esta augusta prerogativa en todos

aquellos á quienes honraba el Salvador con una amistad

especial: en efecto, ninguna de tanto honor, ninguna c'a–

lidad., ningun título

rn~s

glorioso que el de ser amado con

particularidad de

~esucristo.

Habiendo, pues, sabido el

Salvador que Lázaro estaba .enfermo, se detuvo aún dos

dias en el mismo higar. Jesus sabe la extremidad en que

está Lázaro: lo ama ,

y

difiere no obstante dos di as en–

teros el ir á soc0rrerlo. Algunas veces parece está sordo

'Dios á nuestros

voto~,

y

que se olvida de los males que

padecemosr•No desconfiemos por esto de su amor: sabe

el tiempo en que conviene socorrernos,

y

si difiere el ha–

cerlo, es para darnos pruebas mas sensibles de

su

bon–

dad. Dexa morir

á

Lázaro, dice san Crisóstomo,

v

no

llega

á

1Betaaiat hasta cuatro dias despues de estaf. en–

tekratlo, 'para que de este modo fuese mas incontestable

oi mfürgro.

· ·

Pasados dos dias, dixo á sus.discípulos: Vol vamos otra

.vez

á

Judea. Esta reso-lucion los sorprendió;

y

dicién–

dole ·éllos: Maestro, no ha mas q·ue un mes que los de

Juíiea te querian apedrear en el templo de Jerusalen

et