![Show Menu](styles/mobile-menu.png)
![Page Background](./../common/page-substrates/page0256.jpg)
~4~
LUNES
CUARTO
~O
los echó
á
ia'tjg~ ?OS,
sol6
1
sé
a\ió:
cle SU
' ve~.
pa·ra 'hacer–
los retirar' contentápdose con 'dedrles:
1
Quitad
de
'áqtlí es–
tas cosas
1
y no hagais la casa de mi Padre ca'sa
ae
aegocia–
cion. El profeta Zacarías hat1ia picho
1
mucho tiempo antes,
que 'cuando viniese el-Mesías
h~'J'iabrfü
traficahtesen la•ca–
sa de¡ Señor:
Non erit mercatór ulitrd
in
domo Domini• exer–
i'ituum fn
dte
illo
(Zabh.
c.ap.
q.).
Sus
discípu\os,
qué
co–
ñocián su extremada mañseoumhre, se sorprendieron al
ver en su Maestro una tan gran severidad: la atrlbuyéron
al fervor .de su zelo ,
y
se acordáron de aquellas ·palabras
qu'e babia dicho David en personad;el Mesías: .
Zelus
do–
mus..lfp,te •cómedit
me:·el zeló que•tengo por la honra de tu
casa,,
és
omd
un
fuegó~ vdraz
que me-consume. iQué hu–
biera 'hécl:1{:Vel Señor, dice aquí el venerable Beda
~
1
si hu–
biera v.isto que
~e
tenían disputas y conciendas en el tem–
plo, que· muéhos se abandonaban á risas descompuestas,
qu~
e. tíablaba de bagatelas? i qué hubiera hechd ·'digo,
quien.
~rrojó
de él. á los que compraban cosas· que sacrifi–
éalié? iPeró qué' hubiera
1
hecho si hubiera visto lo que ve–
mos hoy eri nuestras iglesias ,-lrárto más santas que lo era
el templo de Jerusalen? ¿Si hubiera visto estas inmodestias
escandalosas, ·estas citas criminales • estos ay res tan dis–
traídos, estas
1
posturas·tan indecentes? Jesucristo ve todas
estas sacrílegas profanaci0nes-á los mismos pies de los alta–
res errqúe
reside~
las ve en-el tnismo tiempo que -se sa'cri–
fica
de
huevo por nosotros ,
y
las disimula ; pero su pa–
ciencia es mas de temer, que lo sería su enojo.
Sin embargo del poder
y
autoridad que el Señor exer–
cia con tantb ·imperio, l-0s judíos, que aún no le habían vis–
to hacet milagro alguno, le 'pregu'ntáron
i
en virtud de
quién obraba co'n tanta autoridad en la ca a de 'Dios,
y
con
qué milagro les probaba que Dios lo babia enviado en ca–
liqad de
profeta ·~
El Salvador, que no hacia milagro para
satisfacer la curiosidad de los que dudaban de su poder
y
de su mi ion, no quiso hacer Ót·ro delante de aquellos espí–
ritus curiosos y malignos, sipo eJ que acababan de ver. Por–
que iqué mayor milagro, dice san Gerónimo, que el que
un olo hombre, que no parecía estar reve tido de autori–
dad alguna, hubiese hecho si n la men or resistencia lo que
Je ucristo acababa de haced Era preciso, añade e te Pa–
dre que un fuego celestial hubiese entonces centelleado en