DE, CUARESN¡A.
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r~speta .á aq11~\
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, d~sprecié\rá
á éste.
. · .El
e_v~.r.geli q
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1
m,i;Sa de este dia cuenta el zelo con
que el tfijR ..4.e
Dip~ , i:e¡pr~9~i<?
áfos qµe prof¡rnabci1 el
tem~
plo ~<!0-!1
sq ¡t;..rg{tc
,
or
arroj.óJJos qtJe h'!ciafi de él,, n mer–
cado. ,,. y uni uga de, c,amJ;>i
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m.an~_s ~ue
el
S(ttv..q.,dw,
ha~1a
1~mN~:taslo. á
da.i:se
~ c~n<J>cer
1 ;i.l publico por sus
pr~d1ca:c,10-
ne
y,
su~
milagros, cuando a.cerc;ándose la
fies ~a
de Pascua,
que ei¡a la,mas solemne del ano,
-~e~ó) a ciu~eja .~r1 pafa ~;naunr,, dpnde moral?a algtJn
ti ~mpo
habia,
p1¡r?
~f
a ,J
e.ru–
salen
á .~_el~brar
estc:i. fiesta. ,Bjeq popia Jesus,
omq
,s~pre
mo l c:gjsla.doi;;
disp~nsar§e
d<t. esta,
l~y;;
p,e¡:9
m¡~riep~o, ~r:-sefüarnos aun rpas ,<;on su· exemplo , que on ,sµs pa1ábras,
.fue de los primeros que se
hallaron~
la solemnidad
1
ense–
ñándonos con esto lo que debemos hacer
no~oqp~-
Ggr;iq
el
.templo era siempr,e su primera
~stacion,
se fue
rá¡
1
~I;
,y
l;IaJ'
hiendo entrado, halló en el
m~s mo
lugc¡t r en _q9e.t l
p4~bt~
tenia su -costumbre de orar
y
a_dorar al Señ9r
v~ria.s me?~~
puesras para los cambiantes
y
mercaderes, queyyndianoue–
y es, carneros
y
palomas, que servian de víctim s ·para los
sacrificios. Los
s.,_c~rdotes teni~n
su lucro en
e~~e ~r~
..
~.cpj
y
por un vil·
y
.soez inte res t9le r,a_ban que se.t4 1.rrse
µq¡t
t~.rif!
.en un
luga~
tan'santo; cual era. el atrio
1
ext~.p9r
gel
~em.plo, donde el pueblo ar.aba
ordinariaine~te~
·
~( ~<:;r, .~-.~a}¡
vador una profanacion tan escandalosa de la cas4,de"l)ios,
se inflamó de un santo zelo
;.y
olvigán,dose {si
~S,
_permiti–
do hablar
qSÍ) de su!llansF!dumbre
y
de ·su
1
r,aci_~µc;i~
en
es~
ta ocasion,
mostró.suiQdig;n,aéio 1:¡1
Qontr~ _
qqµe¡Jfl
tn wa
sa~
crílega q,ue
q~shoqoi¡~qa ,el
mas
augu,s~P.
Y.
~;¡i s¡
an,to
t~n;i
plo que ha,habido jamás en el m,undo: t a;nto
unp,ortrab~ ~ue
se supiese con qué severidad castigará lajusti9'a divina
á
los que no
ti~nen
el debido respeto á las cosas sahtas. Jun–
tó algunos c;ordeles que encontró en tierra, é hizo de·éllos
una especie de azote, que eq
?q~ell~
mano.
ca pa~
de hace.r
.temblar al cielo y
á
la tie-rra, pareció tan
te rribl~ ,
que lle–
nó
d~
terror á los que profanaban la casa de Dios. Arrojó
de aquel lugar sagrado, primeramente
á
los mercaderes
de bueyes
y
de carneros, y despues á los cambiantes, cu·
yo dinero arrojó .por tierra , como tambien sus mesas y
b~nc9s.
Con mas blandura tratq
á
los que vendiaq palomas:
Tom. II.
Q
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