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.DE .

CUARESMA.

J

5

pode los mas grandes azotes del cielo.

Oidnos, Séñor,

di–

ce,

aplacad vuestro enojo: poned los ojos sobre nosotros,

y

obrad. No lo dilateis, DicJs mio.; por vuestro amor.; por–

que e.rta oiuáad

y

este pueblo ..-son

~vuestres,

y

tienen la..Ji,on–

ra

y

la. dicha de

,pertenecer.os

de _un modo mar-particular

que

las demas naciones de la 'tierra•. ·Haced

.

que no lleven

en

vano el no11i8re

de

pueblo vuestro. Apártese vuestra in–

dignacion, Dios de misericordi'a, de vuestra santa ciudad

de

~erusalen,

y

de vuestfb' monté santo.

'Es. verdad, Se–

ñoi: v y

•YO'

lo confieso, que Jerusalen ·y vuestro santo

pue~

ble son el dia- de hoy el oprobio de.:las nacioaes que nos

rodean por mizon de nuestros ,fí>ecados

y

de ·las iniquida–

des de nuestros padres; pero m€ atrevo

á

deci r , que va

vuestra honra y vuestra gloria en ,que los enemigos d_e vues–

tro santo nombre no tengan la maHgna satisfacd©:l'l; illi se

glOríea 4e ,ihaber :arruinado para siempre1y¡nestr,0 santo

templo. iDignáos.,·Señor

,1

inclinar vuestros oídos

á

mrestros

ruegos, y i compadeeé9s de nuestras lágrimas, de nuéstros

gemidos

y

de nuestros suspiros.

e .

El evangelio pedía una .oraoion semejante en los ju–

díos endurecidos, para que Dios usase ton éllos de miseri–

cordfa. En-:.: él se mas . refieren las :tenibles reconvenciones

que Jesucristo hiio

á'

.Ios:jndíos' sobre. su imrpenitepcia,

.y

la espantosa' amenaza que les hizo ·de abandonados

y

de–

xarlos morir ell su pecado, si se •obstinaban en no que–

rer reconocerle despues de todas las señales_que les había

dado de ·s'u mision Y .. de ,su div,inidad• . , .

, ' Acababa el• Salvador de reptese,ritar

·á

los judíos el da–

ño que sé hacian

á

sí mismos por su, porfiada obstinacion

y

su endurecimiento en el pecado,

y

el terrible castigo

que iban á atraer sobre sí por su impenitencia.

Y

a van tres

años, les dice, .que procuro convenceros de la verdad de

mi mision con mis milagros , repetidos tantas veces

á

vuestra vista; los mismos años que me esfuerzo

á

move–

ros

y

excitaros con mis palabras, y á convertiros por me–

dio de mis inspiraciones,

y

de las piadosas solicitaciones

de mi gracia:

y

nada es capaz. de ablandar la dureza de

vuestros corazones,

y

haceros dóciles á mi voz.

Ego va–

do:

yo me voy; estoy á punto de dexaros: el constante

abuso que habeis hecho de mi gracia, me obliga

á

aban–

donaros

á

vuestra triste suerte,

y

á

no desplegar' mas mis