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DE
CUARESMA.
no, hirió dos veces la piedra con sü vara,
y
al segundo
srnlpe salió una fuente, que proveyó abundantemente de
~gua
á
todo el pueblo,
y
á
sus ganados
y
bestias.
San Agustín
y
muchos otros padres encuentran en e tas
palabras de Moyses no sé qué perplexidad, que les hace
creer que Moy es temia que la promesa del Señor no
tu–
viese efecto,
y
creen que su confianza vacilaba
y
estaba
titubeante, no porque dudase del poder absoluto de
Dios:
pero par ce dudaba si acaso en aquellas circunstancias de
murmuracion del pueblo
y
de sedicion querria Dios dar–
le señales de su bondad
y
de su poder;
y
aun por estopa–
rece los previno echándoles en cara su incredulidad
y
u
rebelion. El espíritu de legislador, exasperado é irdcado
á
vista de laingratituddel pueblo, dice el Salmista (
S alm.
16),
desconfió de la promesa del Señor,
y
dudó si cumpliría su
palabra. Este es el motivo, dicen los padres, por qué Dios
irritado de su desconfianza no hizo el milagro al primer
golpe, sino que fue preciso herir dos veces la roca,
y
esta
suspension de
l efectofue el castigo de u duda.
Moyses
y
Aar.ontodavía cometieron otra falta en es–
ta ocasion. Di
os les había ordenado que hablaran olamen–
te á la piedra:
Loquimini
ad
petram coram eis:
Hablad
á
la piedra delante de éllos, sin duda pa ra que el milagro
fuese mas es tupendo, y les diese mas golpe
á
los i raeli–
tas; pero Moyses, siguiendo antes u espíritu que el órden
de Dios, no
~abla,
sino hiere;
y
el Señor irritado de e -
ta desobediencia los castiga severamente. Yo os habia esco–
gido, les dice, para introducir á mi pueblo en la tierra de
promision; pero porque habeis faltado de confianza , por–
que vue tra fe ha parecido vacila r delante de todo el pue–
blo, al que con este motivo habeis dado una baxa idea
de mi poder, lo habeis confirmado por vuestro exemplo en
su incredulidad,
y
hecho ma
ingrato
á
la memoria de
mis beneficios
y
de mis maravillas, no seréi vosotros los
ql,le introduzcais este pueblo en la tierra que yo les da–
ré, ni entraréis tampoco vosotros:
,Q,11ia
non credidisti mihi,
ut sanctificaretis me coram filiis Israel , non int roducetis
hos populos in terrarn, quam dabo eis.
Exemplo formidable
que
enseña
á
todos los fieles, pero particularmente
á
Jos
ministros de Jesucristo
y
á
todos aquello
á
·quicne Di o
ha encargado el cuidado de la sal vacion de los ótro , uán-