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i86

VIERNES TERCERO

Habiendo pasado los israelitas por el desierto de Si –

na, cerca de dos años des pues de su salida de Egipto, fue–

ron á acampar en Cadesbarne. La falta de agua hizo que

el pueblo murmurase contra Moyses

y

Aaron; zPor qué

les decían, no nos habeis dexado morir en Egipto? No fal-

' taban allí sepulcros para enterrarnos.

i

Era menester obli–

garnos

á

hacer un tan largo viage para hacernos venir

á

este miserable país , donde no se puede sembrar,

y

que no

produce ni higueras, ni viñas, ni ganados,

y

donde ni aun

se encuentra agua para bebed

lnsuper, et ar¡uam non ha–

bet

ad

bibendum.

zPor qué habeis traído el pueblo del Señor

á

este desierto, para que muramos en él de sed nosotros

y

nuestras bestias?

Ut

et nos et nostra jumenta moriamur.

Habiendo llegado

á

ser general la murmuracion, la sedicion

de todo el pueblo iba á rebentar contra Moyses, cuando

el hombre de Dios

y

su hermano Aaron entraron en el ta–

bernáculo que habían fixado en medio del campo,

y

allí

postrados con los rostros en tierra, exclamaron: Señor, oid

los clamores de este pueblo,

y

abridles el tesoro de vuestra

misericordia , teniendo lástima de éllos: haga vuestra om–

nipotencia que salga una fuente de agua viva para que apa–

gando su sed cesen de murmurar contra mí

y

contra vos.

Fue oida .su oracion,

y

la gloria del Señor se manifestó so-

.bre éllos: esta manifestacion quizá fue una nube luminosa .

del medio de la cual se hiz_o oír la voz de Dios, que decia

á

Moyses: Toma en la mano la vara,

y

juntando el pue–

blo cerca Je la Toca de Horeb, habla

á

la piedra

á

vista

de éllos,

y

te dará una' fuente abundante, que no se seca–

rá,

y

que proveerá abundantemente de agua al pueblo, al

ganado y

á

todas las bestias de carga. Esta vara era el

bastan

ó

cayado milagroso. de que Dios se había servido

tantas veces para hacer tantos prodigios por el ministerio

de Moyses. El legislador no la llevaba siempre consigo, si–

no que 1a dexaba- en el tabernáculo como una cosa sagra–

da . Tomó, Moyses esta vara, y habiendo juntado el pueblo

delante. de la roca, levantando la voz para hacerse oir de

t oda aquella multitud, les dixo: Oíd, pueblo ingrato, gen–

tes de poca fe, pueblo rebelde,

i

pensais que noso tros po–

demos sacar agua de esta roca,

y

hacer salir umrfuenre de

gua viva de esta

piedra~

N unc de petra hac vobis aquam

poterimus ejicere?

Entonces Moy ses, levar:tando la ma-