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DOMINGO
píriru contencioso,
y
tan contrario
á
la caridad intenta
san Pablo destruir. Los corintios eran naturalmente por–
fiados
y
amigos de disputas. San Clemente en la carta que
les escribió algunos años despues que el Apóstol, les echa
aún •en ,cara ·este iespíritu de conte tacion, sus pleyros
y
·sus divisiones domésticas; san Pablo los reprende abierta·
mente por éllas:
Audio,
les ·dice,
seissuras esse ínter vos:
Oigo deci.r que reyna la -a·ivision entre vosotros. Para abo–
lir estas dhvisiones.,.
y
darlas por el pie, :se extiende tanto
en este capítu1o
13,
de donde se ha tomado la epístola de
la, misa, sobre" la caridad :para con Dios
y
el próximo.
Hace ver su necesidad por medio de una
descripc~on
con–
cluyente, descubre
su~
cualidades,
y
pinta ·su
ve.rq~dero
carácter: muestra
~us
efectos,
y
esto de un modo
p
.h
elo·
cuente , y con estilo tan enérgico, ·que no se ue
-~
dexar
de conocer quién tiene caridad,
y
quién
_
·~ ,e·ne.
Aun–
que tuv:iese yo todas las virtudes, les dice, en un grado el
mas 1em1'nente , aunque tuviese el don de lenguas ., ·el de
pr~J:cía,
1a inteligencia de-los misterios mas profundos,
y.
un
~encia
universa];_
s~
tuviese toda la fe que se puede
te
""t
de suerte que h1c1ese pasar los montes de un lugar
'rá
ótr , si no tengo caridad, soy nada: Dios no me apre–
ciará ni hará cuenta conmigo para nada. La' caridad ·es in–
finitamente mas estimable ·que el don de milagros;
y
así
quien ca
~,;~riza
y
distingue á los discípulos del Salva–
dor, no ¡, .!;el poder de hacer milagros, sino la caridad que
se
tien
,
1
~
lps únos á los ótms ·:
In hóc cognosce11t omnes
quod St:ipuli mei estis
,
si dilectionem habueritis ad invi–
cem•
.San Pablo discurre por todos los dones sobrenatura–
les, por todas -las virtudes, aun las mas heróicas;
y
con–
cluye, ·que ·si no ha
y
caridad de Dios
y
del próximo en él,
nada tiene ., rde nada le sirve todo
fo
·que ha hecho por su
salvacion.
'S1
yo ·entregáre, añade, mi cuerpo para ser
quemado, pero me fé!ltára la caridad:
Nihil mihi prodest,
todo esto me seria inútil. El demonio tiene sus mártires,
como tambien sus -confesores ; éstos sostienen el error
con pertinacia ,
y
aquello.s llegan hasta dar su sangre
por un encanto de secta.
i
Pern qu'ién no sabe que el
martirio sufrido fuera de la lglesfa ., •en la heregía, en el
cisma, sufrido en el ódio de su prt>ximo , en el pecado,
sin contricion, sin arrepentimiento, de nada sirve para
l~