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DE QUINCUAGESIMA.
ciar la palabra de Dios;. pero sucederá
lo
que
á
aquellos
jornalero que i mbrnn· el grano;i
ó
cultivan
la
viña,
.pero
no tienen pa rte en
la
.yendimi~~
ó
ea
la cosecha.
La ca–
ridad
es
paaiente,
es
benil{nct
En
rd
rasgo,·
da
el • pós.:
tol un acabad
retrato de.:ia caIQ<l.a!íl mas '° perfecta. ,La
paciencia bace ·que suframos sin ip>ena las falt a de .nue -
tros herm no ,
y
la
beni~nidad
ó
beneficencia llega á pre';;.
venir todas us ne_cesidade . Estas dos vinude forman
to–
da la
dul-wra~ 1 to
u el e
ph~irm, ¡€asi
to
o
~Lexer
ic'i
~y:
aun cl.-carácter <le la iearidadi
La
caridad no es
envidiosa.
¡Cuántas gente
e
tan sin caridp.d,
y
cuántos falos celo–
so se
descubren
á
ese solo rasgo
!
Donde
-habioo
la
en–
vidia, . o para la caridad.
La caridad nada hace fuera de
propósitl
La caric,iad
es
solo ,amor que junta la pruden–
cia
y
la
o.'
· ••._ '
con el ardor
y
fa'
vi vacidad. Cual–
quie a otrparpore ciegp cuando e,s ardiente; po que
qaje
~1es
lo guían son el. capdcho,
la .tetp~rrda
, tal
vez
la ne..
cedad,
y
siempre alguna pasian.
La caridad
rlo
es
ambic:.
1"
-
'ª·
lJ
n ambicioso
á
nadie ama criistianarnente ; á su
i
~
-
riore los meno5precia; con sus superiore no se une(·
no
por interes: cree que tiene por lo 'menos tanto r . ri–
to,
tnucba'I veces nfas que éllos, para e tar en el pues–
to que éHós ocu'pan: de sus · iguales 'desco.Q fia; procura
abatí Jo-;
l
son capaces de pretender i'as
misr~f
honras
que él. Pero si él no ama
á
nadie, ies ipor venttJ
·~-
ama–
do de alguno?
La
caridad no busca
sus.intereses~
Si
hay
amor sincero q1,.1é n©
1
sea
-de~jmeresad.o,.
el .honor · "
~r
mar verdaderos amigos está reservado
á
la caridad cns •
tiaoa. En efecto,
i
qué cosa es la amistad profana srno un
<!omercia, en que el amor propio se propone ·siempre al–
gun intere
?
Se puede decir con verdad que la verdadera
amistad está dé terrada de lo que se llama gran mundo:
cada uno se bu ca
á
í
mi m en ·la ami tad; dura la
amistad mientras el amigo puede ' ser útil. Si este amigo
e desgraciado.
i h empo recido, ¿conservará muchos
amigo
?
La
caridad
de
nadie
piensa
mal.
Esos censores
maligno , que . iempre tienen los ojo
abiertos sobre los
defecto de ·u hermano ;
y
lo que juzgando de loe; ótros
por su propias di posici ne ,
oc;p~cban
mal sobre l 1c; mas
lisonjera apariencia , ilienen por ventura un · gra:d
ca–
ridad para con a uellos, cuyas menores faltas ponderan
N z