Table of Contents Table of Contents
Previous Page  105 / 396 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 105 / 396 Next Page
Page Background

'v

.DESPUES DE LA EBIFANÍA.

.

91

artificio siempre es odioso;

y

nunca lo es mas que en la

amistad. La amistad cristiana se dexa ver .siempre sin apa–

rato , sin disfraz;

y

esto constituye la mansedumbre. Por

el contrario , lo que derrama la amargura en las amista–

des mundanas , es estar siempre acompañadas de alguna

desconfianza. El amor cristiano no debe tener otro objeto

que el bien: debe aborrecer el qJal en aquellos mismos

á

quienes ama; es decir, no debe adular sus defectos

y

sus

pasiones. Cuando se ama de este modo, el amor .es una

virtud de caridad,

y

por consiguiente sin distraz: se púede

decir que no hay sobre la tierra otra verdadera amistad

que la que está fundada sobre la virtud.

~

El evangelio

e.r

del cap.

2,

de san Juan.

In

illo

~empore~/ractie

sunt

in

Cana Galilcece: et erat

mater Jesu ibi. Vocatus est au–

tem et Jesus, it discipuli ejus

ad nuptias. Er deficiente vino,

dicit mater Jesu ad eum: Vi–

num non habent: Et dicit ei J e–

sus: Quid mihi, et tibi est, mu–

lier

~

·

nondum venit hora mea.

D icit mater

ejus ministrir:

Quodcumque di xerit vobis, fa–

cite. Erant autem ibi lapidece

hydriie sex positce secundumpu–

rificationem Jud12orum, capien–

te.r

singulce metretas binas -ve{

terna1. Dicit ei Jetur: lmplete

hydrias aqua. Et impléverunt

eas usque ad summ,um.

Et,

qi- '

cit eis Je.rus: Haurite.'nunc;

'et

ferte architriclino. Et tulerunt.

Ut autem gurtaví'i architricli–

nus aquam vinum

f

actam, et ·

non soiebat unde enet, minirtri

autem sciebant

,

qui haurerant

aquam, vocat rponsum architri–

olinus, et dícit el: Omni1 homo

primum bonum vinum ponit

:

et

cum inebriati fuerint, tune id,

I

, ,

r

En .aquel tiempo: Se • celebraron.

unas bodas en Caná de Galilea ,

~

estaba allí la madre de Jesus. Y fue

tambien convida'1o Jesus y

su~,,ii~dpulos á las b,odas. Y

~do

faltado el '(ino , dixo

á

Jesus su 'ma–

dre: Ya no tienen vino. Y

Jesi.ts

la

respondi8:

¿

Qué nos importa' 'ni

á ti ni á mí, muger? Mi hora nO'

ha llegado todavía. Su madre dixo

á

los que servían: Haced cualquiel.'a

cosa que os dígá. Hábia, pues, allí

seis hidrias de piedra

p~venidas

paua la purificacion de los

judíos~

que

c~bía~

de dos á tres med idas

cada .una. Díxoles J esus: Llenad

las hidrias de agua. Y

~as

llenaron

hasta

,l.a

boca.

y

Jesus les díxo: sa.:

cac\ ,dE: '

ii~ L

y

llevad al despensero.

y lo

f!e~arón.

Pero- 1penas probó el

de~perrserd

la

aguál

convertida en vi–

no, sin saber de

dónd~

erá (

sabián–

lo empero los sirvientes que habían

tomado el agua ) , llama: a

1

es

poso

el despensero,

y

le

dice~ .'f

odq

hom–

bre sirve el buen vino al princiµi o,

y

lo mas éndeble cuando l;i.

gew~

se va poniendo embriagada; pero,