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DOMlNGO ..SEXTO
lo qual hace ver de quánta importancia son estas santas
ceremonias.
·Como en los primeros
siglo~
clé_
la
Iglesia casL todos
los que se bautizabaµ eran
adultos ~
se. tenia gran cuida..'.
do' de disponer
para el
bautismo
a
las pei: onas dotadas
de razoff ·que pedián .este sacramento, para lo qual se les
hacían muchas pláticas instructivas. ;Llamábanse los tale_s
catequizados
o
catecúmenos ,
a
causa de estas instruccio-
Qes: la palabra catecúmeno.es11
una
voz griega, que signi-
fica una persona que se instruye
o
s·e catequiza. Habia
dos géneros· de catecúmenos.,.
a
·saber' los que
eran
sola-.
mente oyentes, 'que se llamaban
audiéntes,
y los qué esta–
ban ya
_suficientemente instruidos, los quales se llamaban
competéntes.
Los ·catecúmenos se distinguian
n
-solo
pf'\"
el nombre, sino tambien por el lugar
:
poníanse con . los
penitentes en el pórtico que estaba en el extremo opuesto
al coro
ó
al santuario. Tampoco se les permitía asistir
a
la
celebracion de la Eucaristía. ·Acabadas las oraciones y el
sermon, ua diácono los hacia salir, diciendo:
/te cathecú–
meni, missa est: Los catecúmenos,
ya
no teneis que hacer.
No se quería que fuesen testigos de los sagrados
rni~te
ríos ; porque no estando bautizados,
ni
habiendo recibido
el Espíritu santo, no estaban capaces de comprebenderlos;
y se les quería conducir
a
esto por grados. Se les daba
parte del pan bendito
a
los catecúmenos' para que tuvie–
sen una especie
de
comunion con los fieles. El dia de hoy
aplica la .Jglesia esta palabra
a
los niños que se llevan
a
bautizar.,
del
mismo modo que·a los adultos que piden
serlo ; y
a
excepcion de la iñstruccion de que los niños
son
incapaces, las mismas ceremonias se practican con los
ni-
ños que con los adultos. Vol vamos
a
tomar el hilo de las
ceremonias del bautismo.
·
· · Oespues de los
exorcismo~
que
se
hacen sobre el
que
ha de ser •bautizado, el sacerdqte lé pone un poco de sa)
en la .boca-, diciendo estas palabras : Juan ,
ó,
María, re–
cibe la sal de la sabiduría ' la qual te sirva para llegar
a
la
vida
eterna. Así sea.
Accipe sal sapiéntice: quod propi–
tietur tibi in vitam cetérnarn. Arnen.
Ha
querido Jesucristo
que
todos los •Sacramentos fuesen unos signos sensibles de
la gracia interior
e
invisible que producen en el alma 9el
que
.los
I:ecib~;
y
la
Iglesi~,
animada
del
espíritu de Je-
su-