DESPUES DE PENT'ECOSTES.
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flama los fuegos eternos , irrita el enojo de Dios,
y
ar–
ma
~ u
venganza pfr toda la eternidad con tra el pecador
que ha muerco én su aesgracia; al paso que la conversion
•del pecador, su pesar
y
su sincero arrepentimiento desar–
man su enojo,
y
excitan toda su bondad para con el pe-
. cador, hasta háce r que se olvide de todos sus delitos. ¡Y
despues de esto ha.y quien difiera su conversion ;
hay
quien viva
y
muera en pecado
!
·
t¡
Ah Señor-, emplead _. toda ·vuestra misericordia para
~ue
no nie' suceda esta desgracia
!
Desde este mismo día
· quiero, mediante vuestra gracia, re-goeijar
a
todo el cielo,
volviéndome
a
vos con
una
perfecta conversion.
)
J
A C U L A T O R I A S.
Errávi
,
sicut ovis.
quce
périit
:
qucere servum
tuum.
Salm.
118.
··
·
~
He anda1o
errante
como
una
oveja
descarriada;
buscad,
Dios
mio,
a
vuestro siervo.
S alvum fac
ser·vum
tuum, Deus meus,
sperántem
in
te.
Salm. 85.
.
,
Señor, salvad
aúna
oveja perdida,
a
un siervo
que
pone
~n
vos
toda
su
esperanza.
PRO POS 1 TO S.
1
Quanto
el
Señor
es mas
~ueno
para
con
el
peca–
dor ,
tanto .
mas culpab e
es
el pecador
si
persiste en
su
rebelion contra
un
tan buen padre ; ninguna cosa
de–
muestra
mas bien la justicia del castigo riguroso con
que Dios castiga una tan obstinada
malicia,
que la
impía
obst:11acion
del pi;cador en
su
pecado. Penetra bien
todo
el
semido
de
una parábola de tanto consue10. Has con–
tristado, por decirlo así, mucho tiempo
a
todo el cielo
con tu
vida
licenciosa ; pero puedes alegrar hoy
a
todo el
cielo con tu sincera conversion
a
Dios; no
d1fieras
medit>
dia, ni
un
momento causar
a
los santos ángeles un gozo
que te es
tan
ventajoso. Si no te
has
conve tido todavía,
conviértete ahora mismo con
un
acto de una perfecta
contricion,
y
con
una
buena
confesion.
Si te has
converti–
do
ya,
ratifica tu conversion, renovando
interio1'-ffiente
tu
B
2
ar-