DESPUES DE PENTECOSTES.'
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v ina, que es
a
quien
únicamente se la debe. A
esto
hace
alusion San Páblo ,
quando
dice aquí
a
los fieles de Corin–
to, que , se acuerden de qué rpanera les predicó, de los,
pFodigios que acompañá ron
a
SU
predicado~; ·
y
que
SÍ
c reyéron
las grandes verdades que les anunció,
no
lo hi·
ciéron ligeramente como gentes que
se
entregan
a
la
no–
vedad ,
y
que son
~an
ligeros en abandonar su fe , como
fuéron
fácil~s
en abrazarla. Por mas inco,mprehensibles que
sean nuestros misterios, por mas sublimes que sean
las
verdades de nuestra religion, aunque su moral es tan ·
.austéra ; para persuadiros
todo
esto no me serví de térmi–
nos escogidos , ni de modos de hablar artificiosos
y
es–
tudiados:
no
empleé los artificios de
una
eloqüencia des–
l ufl"'t... ..
,. ¿
r" , os enseñé con toda sencillez lo que me ense–
ñó
a
mí mismo el
~eñor
.. el qual siendo la verdad por
esencia , no puede engañarse ni engañarnos. Os dixe desde
l uego, que nuestro salvador Jesucristo murió por nues–
t ros
pecados
segun las.•
Escri turas ;
esto
es ,
como lo ha–
b ian predicho los profetas,
y
singularmente Daniel, el
q ual señala tan precisa
y
expresamente el
~iempo ·
de su
muerte :
E t post hebdómadas septuagínta duas occidhur
Chtistus
(
Dan••
9. ) ;
y
despues
de
setenta
y
dos semanas
( de años )
darán la
muerte
a
Cristo; que es lo que sucedió
p recisamen te
en
el
tiempo
señalado . por el profeta, se–
gun J os cálculos de la mas exacta cronologfa. lsaías pre–
dixo asími<1mo
·el
fin de su muerte, diciendo que moriria
por los pecados de los ho-mbres:
Propter iniquitát es nos–
t ras
(
Isai
53.~;
y las ciTcunstancias de su
mu~rt'e,
dicien–
do que seria llevado
a
1a muer te como una oveja , que no
a bre la boca ni aun para quejarse,
y
que sería cubierto de
heridas:
Sicut
ovis
ad
occissionem ducetur:
ipse vulnerá-
t us est,
&
non apéruit os suum.
.
Os
enseñé, continúa el a póstol , que habiendo muerto
este
divino Salvador,
fué
sepultado; que resucitó al
tercero
d ía, segun las Escrituras. Insiste San Pablo en esta confor–
midad con las
E~crituras,
como que es un testimonio de
los mas persuasivos
y
concluyentes. Ninguna cosa persua–
de mejor al entendimiento ' por lo que
mira
a
estas in–
COffi !)ft: hensibles verdades, que el ver que fuéron predi–
c has'; porque se s.ab.e que solo ·_Di?s
pu~de rec~nqcer
y
anunciar lo por
vemr:
la
pred1cc1on
es un
motivo muy
po-
/