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SEGUNDO JUEVES
La
e
pistola es .del cap.
17.
del profeta
Jeremfa1•.
Hcec dicit Dórn.iniu Deus:
Ma ~
Esto d'ice el Señor: Maldito el
l-edl[Jus hamo, qui cónfidit in
hombre que confia en el hombre,
hómine
,
&
ponit carnem brá-
y se a poya sobre un brazo de car–
chium suum,
&
ti
Dómino re-
ne , y se aleja su corazon del Se–
ddit
cor ejus. Erit emm quasi
ñor. Porque será semejante al ta-
111yricce in desérto,
S
non vi-
mariz del desierto,
y
quando
débit cum vénerit bonum
:
sed
venga
el
bien no le disfrutará, si–
/Jabitábzt in siccitáte in desér-
no que estará en lugar seco en el
to
,
in terra salsúginis,
&
in-
desierto , en tierra salada,
y
que
habitábiti. Benedi&us vir, qui
~no
se puede habitar. Bendito el
c6nfidit in Dómino,
&
erit Dó-
hombre que confia en el Señor,
minu1 fidúcia eju1. Et erit qua-
y
es el Señor su esperanza. El se..
si lignum quod transplantátur
rá como el árbol que s.e trasplan–
.ruper aqua1
,
quo-d ad humórem
ta cercano
á
las aguas, que con
mittit radices sua1
,
&
non ti-
la humedad echa sus raices,
y
no ·
mebit cum vénerit
teflUf.
Et
temerá quando venga el estío.
y
erit fólium eju1 vtride,& in tém-
sus hojas estarán verdes, ni ten–
pore
sii:citdti.rnon erit solicitum,
drá rezelos en tiempo de seque–
nec aliquándo déJinet fácere
dad ,
y
nunca dexará de dar fru–
fru.ctum: Pravum est cor ém-
to. Perverso es el corazon de to..
nium,
8
in1crutábile: quis cog-
dos, é inescrutable: tquién le co–
nóscet itJud
1
Ego Dóminu.r
nocerá
~
Yo el Señor escudriño
scrutans cor
,
8
proban; rener:
el corazon , y distingo los afec–
qui dQ unicuique jutta viam
tos ;
y
soy el que dá
á
cada uno
-
suam,
é6
jtuta/rué'turtJ ad in-
segun sus obras,
y
segun el fruto
ventiónum suárum
:
Dicit Dó-
©e sus pensamientos: dice el Se-
minus omnipotent.
ñor omnipotente.
NOTA.
'('.El
profeta Jeremías
era hijo del sacerdote Heleías,
,, del lugar de Anatot en la tribu de Benjamin. Empezó
,.,
á
profetizar el año
I
3 del- reynado de Tobías, que
cor–
" responde al año del múndo, 3375 ,
y
ántes de Jesu–
·,,cristo
629:'
REFLEXIONES.
Mat
haya el hombre
que
pone
;u
confianza en el hombre.
No debe
espantarnos
el
que haya en el mundo tantos in–
.felices : no debe espantarnos el ver aún todos los dias
esas
revoluciones tan repentinas de familia, de estado, de for-
tu·