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DE QUARESMA.

SS

'

cuidado de tomar para casi todos los intróitos de las mi–

sas de quaresma algunos versículos de los salmos que com–

puso David durante

la

rebelion de su ingrato hijo,

CifUÍen

causó

á

su tierno padre una de las mas amarg·as

y

sensi–

bles aflicciones que ha habido jamas. El fin de la Igle–

sia

no ha sido otro que el de inspirarnos nllevos pesares,

" y

un mayor arrepentimiento, recordándonós que no he–

mos pecado vez que no nos hayamos rebelado contra un

Dios, que es nuestro criador, nuestro redentor, nuestro

tierno

y

amable padre.

La epístola que ha elegido_la Iglesia para la misa de

este dia , la ha tomado de ·la profecía de Jeremias al ca–

pítulo

17,

donde amenaza

á

los judíos con la pérdida de

sus bienes , y con

l~

ruina de su pais , porque se olvida–

ban ·de Dios, y lo abandonaban por recurrir

á

los hom–

bres. Maldice al hombre que pone su confianza en otro

hombre. Aunque el profeta se haya podido proponer la

confianza que los judíos tenian en el socorro de los egip–

cios , cuya proteccion habian solicitado en vano en las

desgracias de que estaban amenazados por parte de los

reyes de Babilonia; pero el sentido espiritual

y

moral

mi–

ra

á

la confianza que nosotros tenemos en la ayuda de

los hombres , en los varios accidentes de esta . vida , con

perjuicio de la que debemos poner en Dios.

Jeremías acababa de echar en cara

á

los judíos su im–

piedad y su irreligion , las que llegaban hasta el extre–

mo de hacer ostentacion de sus mayores delitos.

El

pe–

cado ·de Judá, les decia, está escrito con buril de hier–

ro,

y

con punta de diarhante : está grabado en las tablas

de su cotazon , y en los cuernos de .sus altares. Quiere

decir, que para .hacer como un trofeo de sus desórde–

nes , léjos de avergonzarse de ellos, los grababan en los

cuernos de sus altares profanos ,

á

imitacion de los · pa–

ganos, para que nadie pudiese ignorarlos. Ni aun disimu–

laban su idolatría,

ni

se avergonzaban de ella, ni temian

el castigo de que se hadan deudores por ella; ántes por

el contrario se gloriaban de ella,

la

publicaban y Ja

de·

cian ;

y

en cierto modo buscaban como hacer pasar su

memoria

á

la posteridad por medio de inscripciones.

Su~

hijos , dice el

profet~

, han grabado en su memoria sus

altares

y

sus grandes bosques consagrados

á

las divinida-

D4

'

des