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DE QUARESMA.

57 '

me paro , .ni atiendo sino al motivo por qué _se hacen:

Ego Dórninus scrutans cor::: qui do unicut"que juxta fruc–

tum adinventiónum suárum.

Oesde el octavo siglo ha sido el evangelio de este dia

la historia del rico Avariento,

y

del pobre

Lázar0.

Ha..

bia un hombre rico., decia el Salvador

á

sus discípulos,

que se vestia de púrpura ,

y

de lino muy delicado, que

nada negaba á sus sentidos, qµe tenia todos los dias sun–

tuosas ·comidas, gast:mdo profusamente en sus placeres,

y

pasando todos los dias entre delicias ; al rnis_mo tiem.–

po un pobre llamado Lázaro, cubierto todo de llagas,

estaba tendido

á

la puerta del rico pidiendo de limosna

las migajas que caían de la mesa : dichoso,. si hubiera

pcr

dido tener este bello socorro

,para

matar el hambre,_

y

mas bien para .retardar su muerte ,. que para conservar

su

vida ; pero ·ºº babia quien quisiese hacerle este cor–

to servicio, al paso que los perros. estaban muy gordos,

como r'egularmente sucede en las casas donde reyna la

suntuosidad

y

la abundancia.

El

único alivio que recibió

este pobre en su extrema miseria ,

era el

venir algunas

veces los perros

á

lamerle las . llagas.

El

contraste

y

pa–

ralelo de estas d0s condiciones tan ·o.puestas está bien

á

la vista : ¡que diferencia entre estas dos vidas! Pero en

fin la

muerte viene bien pronto· á terminar

las,

delicias,

del uno ,

y

las miserias del otro ;

¡

pero que diferentes

las suertes qne eaben á entrámbos ! Lázaro muere en

su

pobreza ; pero su muerte es preciosa á los ' ojos de Dios,.

y

los ángeles llevan su alma

á

?quel Jugar de paz

y

de·

gozo donde las almas santas , lib.ies de los

laz~s

del cuer–

po ,

y

exentas

de

toda miseria ,.

desea

asan con

Abra–

ha.n como los hijos entre los brazos ,

y

ep el seno de un

padre. Lázaro en

m~nos

de- los ángeles asegurado y ,cier–

to de su eterna felicidad ,

i

no se creyó bien pagado

de

todo lo qu e había

padecido~

i

hubiera querido entónces

haber sido dichoso sobre la tierra ,

y

haberse condena–

do~

El rico no-le sobrevivió mucho tiempo. Vino la muer–

te en medio de sus mas bellos dias ,

y

dio

fin

á

s11

deli–

ciosa vida. Muere este rico;

y

su cuerpo tan

a ~' ostum­

brado al rega1o, criado en

el

luxo

y

en las delicias, vie-.

ne

á

ser presa del pob-re

y

de los gusanos, al t iempo que

el

alma ., hasta entónces esclava de los sentidos

y

del cuer;

po,,