SEGUNDO JUEVES
mas,
y
aumentaban los títulos:
Transfvi,
&
ecce non erat.
Los pies de barro, que sostenian á esta estátua compuesta
de tantos metales (hermosa figura de la confianza que se
pone en el hombre): los pies, digo, de esa estátua flaqueá–
ron : una china bastó Pª!ª derribar , para reducir en pol–
vo todo ese soberbio coloso. Esa gran fortuna tan rápida–
mente fabricada, no ha aguardado
á
la segunda genera–
cion. Se han visto caer esos cedros al primer viento : se
han visto pobres los hijos de un padre tan rico. Todo bra–
zo de carQe se debilita : todo edificio fabricado sobre are–
na
flaquea,
y
tarde
6
temprano se arruina. En vano se to–
man las medidas mas ajustadas: En vano se pone toda
suerte de cimientos al edificio, en vano se multiplican
los travesaños que .lo aprieten
y
una~.
Solo Dios es su–
perior
á
todas las revoluciones: solo
Ja confianza en Dios
eterniza la prosperidad
y
la
asegura :
Beát1.tSvir
cujus est
nomen
Dómini spes
ejus
(
salm.
39.) :
d
ichoso aquel
que
po–
ne
toda su confianza en Dios. Los que ponen su confüm–
za
en el Señor, son tan incontrastables como el
monte
Sion:
Scitote
quia nullus
sperdvit
in
Dórn,ino
,
&
c-onfú–
sus est
(
Eccl.
'.2.):
Sabed, dice el Sabio, que ninguno
de
quantos esperáron en el Señor ha sido confundido en su
esperanza.
Qualquiera
que pone
su
confianza en el hom–
bre , dice lsaías ,
la pone en la nada. Por mas que se
li–
fonjee'
y
se
pro~eta
una
continuacion de prosperidades,
todos sus pensamientos, todas sus esperanzas no son
otra
. cosa que error, vanidad y mentira;
Confldunt in nlbilo,
&
loquúntur vanitátes.
Mal haya el hombre que
se
apo–
ya
y
descansa. sobre
brazos
de carne.
El
evangelio
e.r del
cap.
16.
de San Luca.r.
In
illo témpore, dixit
Je.rus
En aquel tiempo
dlxo
Jesus
á
los
Pharifa¡is: Hamo
quidam
erat
fariseos: Habia un cierto hombre
dives, qui
induebátur púrpura,
rico , el qual se vestia de púrpu-
8
by.rso,
8
epulabátur quotf-
ra,
y lino muy delicado,
y
tenia
die spléndide.
Et e1·at quidam
diariamente espl éndidos banque–
mendicus, nómine Lázarus, qui
tes.
Y
habla un cierto mendígo,
jacébat ad jánuam
ej us,
ulcéri-
Hamado Lázaro, que yacía
á
su
bus ptenus, cúpiens s.iturári de
puerta lleno de llagas, deseando
micis, qu<$
cadébant
de
mensa
hartarse de los desperdicios que
diviti.r,
8
nerno
il/i ,dabat:
sed
caían de la mesa del rico ,
y
na-
&
d~