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DE QUARESMA.

39

particular, no

prediques la reforma de toda la

comuni~

dad sino con la tuya. No te perdones ·cosa alguna , sé

exacto, no te dispenses la menor regla,

y

entónces ha–

brás comenzado

ya

la reforma de tu comunidad : todo

zelo ·inquieto, .acre,

ó

mordaz , es zelo falso: haz que el

tuyo sea dulce, quieto , caritativo. Se engaña quien cree

tener zelo de la salvacion agena , si no lo tiene de su pro–

pia perfeceion : nadie ama mas á su próximo que

á

sí mis–

mo.

Lo que se

.llama

en este caso zelo, no es

propiamen–

te otra cosa

·que

viveza

del natural,

ó

puro

efecto del

orgullo.

·

~

~~~~~~~~~~*~~~~~~~~~

MIERCOLES

DE LA SEGUNDA SEMANA DE QUARESMA.

El

intróito de la misa de

este

dia se ,tomó de los .dos úl–

tim'os versículos del salmo 37 , el que es una breve ora–

cion, que cada qual puede hacer

á

Dios muchas veces al

dia. Se debe advertir, que los versículos del intróito de

todas las

misas

de

q.uaresma

pueden servir

de

oracienes

jaculatorias muy devotas durante el dia. La misa de este

día empieza por estas palabras :

Ne derelfnquas me Dó–

mine Deus meus: ne discédas

a

me. lnténde

in

adjutórium

'meum: Dómine virtus salt1tis mete.

Señor, Dios mio, de

vos

solo debo esperar

mi

salva.c101f; no os retiréis de mí,

no me abaadoneis al

arbitrio de

mis

ene!Tiigos.

Este sal–

mo,

que empieza con estas palabras:

Dómine,

ne in fu–

rore

tuo árguas me:

Señor,

no me

juzgueis en

vuestro

eno~

jo ,

puede mirarse como

un

modelo de súplicas en Ja pe–

nitencia , en el tiempo de la enfermedad ,

y

en todo gé–

nero de

afüccione~:

es

uno

de los que se llaman salmos

penitenciales ,

y

era uno de

los

que se cantaban

todos

los

sábados en la sinagoga. Se

cree

que David lo

compuso

durante la rebelion de Absalon , reconociendo que sus

pe–

cados

habían

atraido

sobre

sí aquella desgracia. Este

re–

ligiom

rey,

perseguido por su propio hijo, procura apla–

car

la indignacion de

Dios, exponiéndole

las

penas

y

tra–

bajos que ·ha padecido hasta allí por sus pecados,

y

la

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C4

su-